México DF a 21 de Abril del 2016

El siniestro ocurrido en el Complejo Petroquímico de Pajaritos, Planta de Clorados III, que administra Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV) y que es operada por Mexichem, demuestra de manera trágica la falsedad de los argumentos con los que el gobierno justificó la reforma energética.

La modernización de las instalaciones para elevar la productividad de la planta es sólo un discurso que encubre las ambiciones con que la iniciativa privada, los grandes monopolios, ven la manera de obtener ganancias inmensas a costa de la explotación y muerte de cientos de trabajadores.

Las explosiones registradas muestran que en la alianza de los capitales privados con Pemex nunca ha sido una preocupación modernizar ni mejorar las instalaciones del complejo petroquímico. Encima de la falta de inversión en medidas de seguridad desde que los capitalistas se han apropiado de áreas de la rama petroquímica, debemos añadir que han sido despedidos o jubilados prematuramente numerosos trabajadores, en su mayoría los más capacitados.

Señalamos, conociéndolo de primera mano a través de nuestras células, que fueron ignoradas las advertencias de los trabajadores sobre las constantes fugas y las malas condiciones de trabajo; que las instalaciones ni siquiera tenían el mantenimiento adecuado, de ahí que eran constantes las fugas de diferentes sustancias químicas. Que la única medida de “seguridad” era la evacuación momentánea de los trabajadores mientras se disipaban los efectos de las fugas. Que tanto el gobierno federal, como el gobierno del estado de Veracruz a través de la Secretaría del Trabajo y la Secretaria del Trabajo y Productividad fueron negligentes en la aplicación de sus protocolos de inspección en materia de seguridad e higiene.

Así mismo fue negligente la dirección del STPRM, que de manera cómplice participa en ocultar las denuncias de los trabajadores sobre el mal estado de la planta y las deplorables condiciones en las que eran obligados a laboral. Igualmente las direcciones de los sindicatos de la CTM y de la CROC al que están agremiados los trabajadores subcontratados nunca mostraron una reacción ante las denuncias de la base trabajadora.

Por todo lo anterior no tenemos ninguna duda en señalar esta tragedia como un crimen industrial por el cual se debe sentar en el banquillo de los acusados a los principales responsables de la tragedia que cuesta la vida de un número todavía indeterminado de trabajadores, cifra que oficialmente se ha elevado de 3 a 24, otros que se encuentran en calidad de desaparecidos y las decenas de heridos que son atendidos en los diferentes hospitales de la región de Coatzacoalcos.

Señalamos como responsables directos de esta tragedia a Rafael Dávalos Sandoval y Miguel Tapia Velazco, Presidente del Consejo y Director de Administración y Finanzas de Petroquímica Mexicana de Vinilo; Antonio del Valle Ruiz; dueño de Mexichem, Juan Pablo del Valle y Antonio Carrillo, presidente del Consejo de Administración y director general de la empresa Mexichem respectivamente; José Antonio González Anaya, director general de Petróleos Mexicanos; Alfonso Navarrete Prida, Secretario del Trabajo; Carlos Francisco Mora Domínguez, Delegado Federal Del Trabajo en Veracruz; Gabriel Deantes Ramos, Secretario de Trabajo, Previsión Social y Productividad del Estado de Veracruz; Carlos Antonio Romero Deschamps, secretario general del STPRM.

Nos solidarizamos con los trabajadores petroleros y sus familias y, exigimos una investigación exhaustiva que determine las causas verdaderas de las explosiones, para evitar que se acuse a los trabajadores de un error humano; exigimos que se reconozca el número de muertos y heridos real y que se les dé a las víctimas y familiares la atención que demanda el estado en que se encuentran.

Hacemos un llamado a los trabajadores para que reaccionen ante la evidente insensibilidad de los capitalistas y su Estado. Ceder en la lucha contra la reforma, y no prepararnos para dar la lucha al interior de la empresa Mexichem significa resignarnos a un futuro inmediato con decenas de miles de despidos y varios cientos de muertos recurrentes. Si la empresa Mexichem no se toca el corazón para provocar la muerte de obreros con tal de ahorrarse dinero en medidas de seguridad, nosotros no debemos tocarnos el corazón con ellos. Llamamos a los obreros de todas las secciones, de todas las siglas sindicales, que laboren en complejos donde tenga presencia Mexichem a levantar un frente de lucha contra el poder de ese monopolio. Nuestra fuerza organizada debe arrancar las medidas necesarias para proteger nuestras vidas, detener los despidos y mejorar los ingresos de nuestras familias. La lucha de los petroleros, junto con la de todos los obreros del país es el único camino para detener y derrocar este sistema que chorrea lodo y sangre por todos sus poros.


¡Proletarios de todos los países, uníos!


El Comité Central del PCM