La vida y obra de Manuel Marulanda, ejemplo para los comunistas de México

El 26 de Marzo del 2008 murió el camarada Comandante Manuel Marulanda Vélez, fundador y dirigente, hasta su muerte, de las FARC-EP; en reconocimiento a su memoria esa fecha fue proclamada por varias fuerzas revolucionarias como el Día del derecho universal de los pueblos a la rebelión armada.

Hoy queremos reiterar la vigencia de ese planteamiento, al tiempo que rendir homenaje al camarada Marulanda, al comunista y revolucionario, al héroe continental en la lucha de nuestros pueblos contra el imperialismo y la explotación, al jefe revolucionario que siempre buscó la senda de la emancipación y el socialismo para los obreros y campesinos de su país y para los trabajadores del Mundo.

I

El Comandante Manuel Marulanda entregó su vida a la causa de la Revolución colombiana, desde su temprana juventud qué se vinculó a la lucha de los campesinos y trabajadores agrícolas qué enfrentando la violencia estatal tuvieron que armarse para defender su vida, conquistar derechos y luchar organizadamente por una Colombia nueva, desde la embrionaria pero heroica resistencia en Marquetalia hasta convertirse en el ejército del pueblo que son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Enfrentó exitosamente a la oligarquía colombiana, y a las distintas intervenciones del imperialismo norteamericano por varias décadas, incluido el colosal Plan Colombia, con millonario presupuesto y confesos propósitos contrainsurgentes que inundó de terror y sangre al pueblo con bases militares norteamericanas, armamento y asesoría al criminal ejército colombiano, diversos cuerpos paramilitares con métodos barbaros para asesinar masivamente a dirigentes sindicales, campesinos, sociales, estudiantiles y al pueblo en general. Por casi medio siglo al frente de una fuerza revolucionaria el Comandante Manuel Marulanda no sólo resistió, sino qué tal fuerza se convirtió en la alternativa política y militar de los trabajadores y el pueblo oprimido.

Es el Comandante Manuel Marulanda un héroe, no tan solo por sus cualidades individuales cómo revolucionario, por su pureza de ideales, sus capacidades de cuadro comunista, su elevada estatura como estratega y jefe político y militar, su creatividad para innovar y mantener -conforme a las condiciones concretas- la doctrina, la estrategia y la táctica de la guerra de guerrillas móviles y el movimiento clandestino de masas. Una importante contribución fue la de resignificar la táctica leninista de la combinación de todas las formas de lucha, con la premisa de dar cauce a la expresión de las masas explotadas y oprimidas, tanto en la Unión Patriótica, como el Movimiento Bolivariano por una Nueva Colombia, y en innumerables expresiones de organización que se han diseminado por la iniciativa de los revolucionarios o siguiendo su ejemplo. Es un héroe el Comandante Manuel Marulanda porqué supo fundirse en los intereses colectivos, trascender la temporalidad de su propia vida a la expresión de la sociedad futura que hoy lucha organizada en Partido Comunista y en Ejército del Pueblo.

Es el Comandante Manuel Marulanda el ejemplo de hombre de Partido: disciplinado, coherente, orgánico, militante, forjador de cuadros, constructor del PCCC, vanguardia revolucionaria del pueblo colombiano. El marxista-leninista que supo levantar la bandera roja del ideal socialista cuando en la dura noche contrarrevolucionaria de los 90 muchos abjuraban, renunciaban o se arrojaban a los brazos del enemigo de clase. Es a través del Partido que la esperanza emancipatoria de los trabajadores y el pueblo colombiano se mantiene viva.

El Comandante Manuel Marulanda fue leal al internacionalismo, comprendiendo la necesidad de lazos solidarios y vínculos indestructibles entre los comunistas y revolucionarios del Mundo, contribuyendo particularmente a esa tarea en Latinoamérica.

Nunca un revolucionario de nuestro Continente fue tan calumniado y perseguido como el camarada Manuel Marulanda; nunca se destinaron tantos recursos, y por tantas décadas, a la persecución de un comunista, como los dedicados contra el camarada Manuel. El imperialismo lo declaró enemigo jurado, y ese honor nunca lo abandonó. Siempre rebelde, siempre revolucionario, jamás tuvo gestos de genuflexión frente a la oligarquía.

Y su obra y nombre van siempre asociados al colectivo que es su Partido y su ejército, y a su clase, y a su pueblo, y también a la vida de sus ejemplares camaradas Jacobo Arenas, Alfonso Cano, Raúl Reyes, Iván Ríos, Jorge Briceño, entre otros que con su propia vida sellaron su compromiso con la Revolución Socialista.

El Partido Comunista de México insiste en que la grandeza de la vida y obra del Comandante Manuel Marulanda es equiparable con la de los independentistas del Siglo XIX, que bregaron por la descolonización de América, y con la de revolucionarios que como Emiliano Zapata, Francisco Villa, Ernesto Guevara y Fidel Castro han luchado en siglo XX por la justicia y la emancipación. Es un ejemplo para los comunistas y revolucionarios del Siglo XXI en la lucha por el socialismo-comunismo.

II

Una importante contribución del camarada Manuel Marulanda es su férrea determinación sobre el derecho de los pueblos al ejercicio de la violencia revolucionaria contra sus opresores; derecho condenado desde siempre por las clases dominantes.

A sangre y fuego se impuso a los largo de la historia cada clase dominante y sobre el ejercicio y la organización de la violencia surgió el Estado, garantía para ejercer el poder sobre la mayoría explotada y oprimida. Con violencia se impuso la colonización, el saqueo y exterminio de los pueblos; con violencia se impuso el capitalismo, que vino al Mundo chorreando sangre y lodo por todos sus poros; pero al oprimido, llámese esclavo negro, indio o proletario le fue negado el derecho a ejercerla para luchar por su libertad. Se les condenó por subversivos, por rebeldes, por insumisos, por violentos, o en el perverso lenguaje contemporáneo, se les llamó “terroristas”. Pero la violencia revolucionaria es partera de la Historia, y será siempre precondición de las transformaciones profundas que se requieren sin dilación para construir sociedades sin explotados ni explotadores; quien renuncia a ese derecho, renuncia a las posibilidades transformadoras, renuncia a la Revolución.

Mientras el Estado se encuentre en mano de los explotadores, en nuestro día los burgueses, la dictadura de clase requerirá de la violencia para mantenerse en el poder; la historia de las clase oprimidas y de nuestros propios pueblos nos alecciona en que un componente de cualquier lucha emancipatoria es la disputa también en ese terreno.

Es por ello que para el Partido Comunista de México el Derecho universal de los pueblos a la rebelión armada es de plena vigencia, precedido siempre del trabajo entre la clase obrera, con la participación masiva de los explotados, con un programa revolucionario, y en función de conquistar una vida mejor, el poder obrero y popular, el socialismo-comunismo.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

El Comité Central del Partido Comunista de México