Primero de Mayo, Día internacional de la clase obrera, día de lucha proletaria contra el poder de los monopolios.
A la clase obrera, a todos los trabajadores, a todas las trabajadoras,
A la mujer trabajadora, a la juventud trabajadora,
A los desempleados, a los migrantes,
A todas y todos los explotados,
Camaradas proletarios:
Éste Primero de Mayo del 2015 saludamos combativa y fraternalmente al conjunto del proletariado mexicano; Rendimos homenaje a los mártires de la clase obrera en Chicago, Cananea y Rio Blanco, a todos aquellos que han ofrendado su libertad y su vida en las luchas reivindicativas y por la emancipación, por una sociedad sin explotados y explotadores.
Este año las condiciones de vida son más difíciles para los trabajadores, ya que la crisis capitalista continua, y para salvaguardar las conquistas de los monopolios, la burguesía, clase dominante utiliza su Estado y fuerzas políticas para restarle valor a nuestra fuerza de trabajo. Esta crisis de la economía capitalista internacional llevó a que se tomara la medida de aplicar reformas laborales, en nuestro país y el mundo, anulando los derechos sindicales y laborales conquistados en cruentas luchas. Todo lo que hace el Gobierno de Peña Nieto, apoyado por todos los partidos registrados (PRI, PAN, PRD, MORENA, PT, MC, PVEM, PANAL) afecta a la clase obrera: reforma laboral, reforma educativa, reforma fiscal, reforma energética, reforma de comunicaciones. ¿Cuáles son los resultados? Han desaparecido de las leyes los derechos de huelga, de organización sindical, de contar con un salario mínimo; en lugar de la jornada máxima de 8 horas hoy tenemos turnos extenuantes, agotadores de hasta 14 horas. Ya no hay certidumbre de las jubilaciones y pensiones, del derecho a la seguridad o de vivienda. Todo fue modificado para favorecer a la patronal, para que el capital aumente sus ganancias. Hoy se trabaja más, sin derecho ninguno, por menor salario y sin certeza ninguna del futuro. Hoy se trabaja no para satisfacer nuestras necesidades y de nuestra familia, sino estrictamente para sobrevivir y para acrecentar las ganancias de los burgueses.
En los últimos años sufrimos la pérdida del poder adquisitivo del salario. Los precios de los productos necesarios para vivir aumentan. Aumenta la gasolina, los alimentos, el alquiler, los pasajes. Y esto se va a poner peor. La crisis del capitalismo no tiene fin. A lo que hay que poner fin es al capitalismo.
Es ahora que tenemos que decidir, elegir si queremos seguir viviendo como hasta ahora, explotados, todo el día laborando para enriquecer a unos cuantos; si elegimos que en el país el poder siga en manos de los monopolios, con un Estado que comete crímenes como el de Ayotzinapa, o si elegimos luchar para que las cosas cambien, para una transformación radical, por el poder obrero y popular, por el fin de la explotación y las injusticias, por la emancipación social. Como toda decisión, asumir ésta tendrá sus costos, pero no hay opción si queremos salir de la agonía cotidiana, del sufrimiento diario, si queremos salir del hambre y la miseria. Algunos nos quieren vender la ilusión de que se pueden derogar las reformas antiobreras, que reformas en nuestra favor son posibles, que solo es necesario juntar firmas, promover amparos, pero solo buscan que estemos quietos, que confiemos en que el capitalismo puede embellecerse.
Es nuestra fuerza de trabajo, la plusvalía que generamos cada día, la que crea la riqueza de la que se apropian unos cuantos: los burgueses, los dueños de los monopolios. Los obreros producimos y creamos todo.
Lo que es necesario y urgente entonces es la Revolución proletaria, organizada, dirigida, protagonizada por la clase obrera, y su partido de vanguardia, el partido comunista, el PCM.
Camaradas proletarios:
Desde el Valle de San Quintín con los jornaleros, con las enfermeras del IMSS, ISSSTE, con los petroleros despedidos, con los mineros y electricistas, con los trabajadores de la educación, en cada centro de trabajo, el conflicto capital/trabajo se acentúa, la lucha de clases de intensifica, las contradicciones se agudizan.
El Valle de San Quintín en Baja California recuerda y reestablece la historia del Valle Nacional de la época porfiriana de trabajadores y trabajadoras sometidas a esclavitud, enclave del extremismo empresarial donde los proletarios son brutalmente explorados, oprimidos y marginados. Son las tendencias del desarrollo capitalista en México, donde quedan hechas trizas las teorías de la distribución equilibrada del ingreso, hombres y mujeres laboriosas se enfrentan a la explotación laboral, el acoso laboral, las vejaciones, violaciones sexuales y la anulación de derechos a lo largo del país, pero ha sido en esta región atormentada donde se ha sembrado el ejemplo de lucha contra el capital.
La ley que solo beneficia al capitalismo dificulta o prohíbe las huelgas en el derecho, pero son una necesidad de hecho y la realidad nos llevará a ejercerlas, a empuñar la huelga como una arma en favor nuestro, porque paralizar la producción afecta a los monopolios más que mil palabras. Es por la vía de los hechos que tenemos que dinamizar el conflicto socioclasista a nuestro favor, frente a la camisa de fuerza que significan estas leyes propatronales y antiobreras. Al igual que los trabajadores y trabajadoras agrícolas en San Quintín debemos pasar a la acción contra nuestros explotadores; la confrontación clase contra clase es inevitable y debe expresarse cada día. La única ley justa es el derecho del trabajador. Acción y confrontación en cada centro de trabajo contra el capital. ¡Rebelión e insumisión contra los que nos explotan!
Sin embargo una tarea histórica espera por la intervención consciente de los millones de trabajadores y trabajadoras que integran la clase obrera, la tarea de derrocar a Peña Nieto y el poder de los monopolios, derrocar al capital, y construir la nueva sociedad, el socialismo-comunismo. Esta es la tarea inmediata de la clase obrera, la Revolución socialista.
A unirnos camaradas proletarios por estos objetivos. A levantar las banderas de la solidaridad y del internacionalismo proletario, las banderas anticapitalistas, antimonopolistas y antiimperialistas.
¡Viva la clase obrera de México y el Mundo!
¡Viva el marxismo-leninismo!
¡Proletarios de todos los países, uníos!
El Comité Central del Partido Comunista de México