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A propósito del acuerdo anticomunista entre VOX y el PAN

El Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional en el Senado –partido gobernante en México durante el periodo 2000-2012– invitó oficialmente a una delegación de VOX, partido político de España, para suscribir en ese recinto del Congreso de la Unión la denominada Carta de Madrid, un documento de naturaleza anticomunista y promotor de ideas reaccionarias y conservadoras.

 

Aunque el documento refleja muchas confusiones e interpretaciones maniqueas propias del anticomunismo, y es resultado de la mentira y la perversión de la historia, sí expresa el instinto de clase de la burguesía al reconocer al comunismo como su antagonista.

El anticomunismo es manifestación de las clases dominantes que reaccionan al progreso de la historia, al desarrollo de la lucha de clases en la época histórica en que vivimos: la de la transición del capitalismo al socialismo. Ya sabemos que el anticomunismo no se limita a la propaganda y a la tergiversación de los hechos, sino que acompaña esto con ataques a la clase obrera y a sus derechos. Resultado de las campañas anticomunistas ha sido la persecución no solo de los comunistas, sino de demócratas y revolucionarios; la prisión y el asesinato de miles de mujeres y hombres del arte, la cultura, la ciencia, así como de militantes de las luchas sindicales, campesinas y estudiantiles. En las últimas tres décadas el anticomunismo viene en aumento sobre la base de las reaccionarias tesis de la equiparación del comunismo y el fascismo, de los “totalitarismos”; posiciones que elevadas a ideario político han permitido que en la Unión Europea se criminalice a los partidos comunistas y se busque ilegalizarlos.

Bajo tales posiciones los gobiernos de los Presidentes Fox y Calderón fomentaron, en alianza con el entonces Presidente de Colombia, Álvaro Uribe, la persecución jurídica y política en contra de cuadros del Partido Comunista de México; y a través de instrumentos anticomunistas como el paramilitarismo se asesinó a tres cuadros del PCM en el estado de Guerrero, así como se secuestró y desapareció a otro cuadro del partido en el Estado de Tamaulipas.

Somos conscientes del significado del anticomunismo. También lo somos del fascismo, la política contrarrevolucionaria de la burguesía en periodos de crisis e inestabilidad del capitalismo y de ascenso de la lucha de clases. Fue la Internacional Comunista quien más contribuyó a caracterizarlo con exactitud, a enfrentarlo y derrotarlo en el terreno político y militar; simbolizado ello en la bandera roja de la hoz y el martillo ondeando en el Reichstag de Berlín, lo que fue respaldado por una dura lucha por parte de la Unión Soviética, país del socialismo, y de todos los partidos comunistas en el mundo. Así el Partido Comunista de México –Sección de la Internacional Comunista– también entregó su contribución a esta causa, primero enfrentando a los gobiernos reaccionarios y al socialfascismo, luego afrontando la ilegalidad y la circunstancia de cientos de presos políticos; enfrentando además a bandas fascistas, como la de Los Dorados, a la que se logró desarticular, así como a grupos reaccionarios y profascistas como el encabezado por el Gobernador Saturnino Cedillo en San Luis Potosí; finalmente, expresando su solidaridad militante con la República Española, participando en su defensa política y militar y siendo factor esencial para acoger en México al exilio republicano. Tenemos presentes los terribles costos del fascismo para los trabajadores del mundo, y en primer lugar para la Unión Soviética con 27 millones de muertos.

El Partido de Acción Nacional surgió precisamente en esos años –1939– y es heredero de una política reaccionaria que no ocultaba sus simpatías por el fascismo y el clericalismo, que promovía a las guardias blancas para oponerse al reparto de tierras y el desorejamiento de los maestros comunistas que alfabetizaban en las zonas campesinas. Aunque con los años procuró ir blanqueando su imagen para presentarse como una opción Demócrata Cristiana, no puede negar ni ocultar sus orígenes. Lo mismo que el Partido VOX, antiinmigrante, antiobrero, nacionalista y reaccionario. Aunque algunos dirigentes del PAN se hayan deslindado de tal documento, incluidos  algunos de los firmantes, ello no obedece a una vocación “democrática” sino a simples cálculos electorales.  

El Partido Comunista de México condena y confrontará esas manifestaciones anticomunistas, teniendo presente el desenvolvimiento de las fuerzas reaccionarias.

Ahora sobre el asunto otra cuestión.

La declaración anticomunista de la Carta de Madrid considera como comunistas a los socialdemócratas: al Gobierno de Obrador, al Foro de Sao Paulo y al Grupo de Puebla. Así también se dice que los gobiernos progresistas son comunistas o construyen el socialismo; frente a lo cual, como PCM, afirmamos que eso no es así, que constituye una falsedad. De igual manera considera “comunista” al actual gobierno de España; algo ridículo dada la naturaleza antiobrera y antipopular de aquél. La socialdemocracia gestiona el capitalismo, asegura la dominación de clase de la burguesía, garantiza la propiedad privada de los medios de producción y la explotación del trabajo asalariado. Los gobiernos socialdemócratas, o neoliberales, como aquellos con participación de fuerzas reaccionarias profascistas, en esencia garantizan el capitalismo y la dictadura de clase de la burguesía. Detengámonos en el caso de México, donde la oposición de derecha insiste en que el gobierno de López Obrador es comunista; algo totalmente falso, pues entre esa derecha y López Obrador hay más semejanzas que diferencias, por ello en asuntos de fondo han actuado conjuntamente en el Parlamento: al avalar la militarización, la creación de la Guardia Nacional y la firma del T-MEC.

Así se formó el frente anticomunista FRENAA para oponerse al gobierno de Obrador y con ello han presentado una falsa disyuntiva, pues Obrador no es comunista y sí un administrador leal para el poder de los monopolios. ¿En que podrían, por ejemplo, distinguirse las fuerzas xenofóbicas y racistas de la cruel cacería antiinmigrante llevada a cabo por la Guardia Nacional de López Obrador?  

A fin de cuentas de lo que se trata es de una disputa interburguesa, de visiones distintas de administrar el sistema y de sortear las inestabilidades sociopolíticas.

El Partido Comunista de México viene recibiendo presiones para cerrar los ojos frente al carácter antiobrero y antipopular de López Obrador, para cerrar filas con él frente a fuerzas más reaccionarias. Nosotros pensamos que ambos extremos de esa falsa disputa representan los intereses del capital, que ellos son los responsables de la explotación de la clase obrera y causantes del hambre y la miseria del pueblo. Y ahora con este documento anticomunista de VOX y el PAN estas presiones contra los comunistas se reaniman en nombre del “antifascismo”.

Es necesario hacer unas primeras consideraciones: el fascismo tiene como fuente de origen al sistema capitalista, y mientras éste no sea derrocado estará latente. Los frentes antifascistas conllevan a alianzas interclasistas con partidos burgueses, entre ellos los socialdemócratas, y las cuales no han tenido el propósito del derrocamiento del capitalismo –una urgente e inaplazable tarea de la clase obrera– sino sólo de restablecer la “democracia” burguesa. Para los comunistas es un imperativo el derrocamiento revolucionario del capitalismo, por tanto nuestra lucha contra la posibilidad de opciones más reaccionarias del capitalismo es indisoluble de la lucha contra la socialdemocracia y hoy de la lucha contra el gobierno socialdemócrata de López Obrador. 

Por tanto, sin dejarse presionar ni impresionar, el Partido Comunista de México trabaja por la unidad de la clase obrera, los sectores populares, la mujer trabajadora, los migrantes, los pueblos originarios, la juventud que estudia, trabaja o está desempleada, en un movimiento anticapitalista y antimonopolista que luche por la Revolución Socialista y la llegada de la clase obrera al poder.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

El VIII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de México