Cuarta Transformación: disciplina fiscal, asistencialismo, economía a favor del poder de los monopolios y la militarización de México.

El nuevo gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador presentó el Presupuesto 2019 para su aprobación por el Poder Legislativo, en el que tiene mayoría parlamentaria su partido, MORENA, por lo que no hay duda que será aprobado.

Los comunistas evaluamos que aún sin asumir la titularidad del Ejecutivo, López Obrador está ya ejerciendo desde el mes de Julio el mandato; por ejemplo, en la renegociación del T-MEC, donde de manera inusual -a petición de Donald Trump-, participaron en la ronda negociadora dos representaciones, la formal de la saliente administración de Peña Nieto y la real de López Obrador, a quien la Casa Blanca reconoció como la única interlocución valida-. El intervalo transcurrido del día de las elecciones hasta el 1 de Diciembre ya mostró claramente que la gestión gubernamental de López Obrador será antiobrera y antipopular, aunque se argumentaba que no se le podía evaluar hasta que la banda presidencial le fuera colocada, un formalismo a la hora de analizar la realidad política contemporánea de nuestro país.

 

Pues bien, ya está la nueva socialdemocracia ejerciendo el mandato, y el Presupuesto 2019 es de su estricta responsabilidad, máxime cuando tiene mayoría en las dos cámaras del Congreso de la Unión, y además el respaldo de 30 millones de votantes que lo han elegido con la esperanza de cambios profundos.

En nuestra opinión, lo que caracteriza y define a cualquier gestión gubernamental es su programa económico, su acción en ese rubro fundamental de la vida de cualquier país, y la política económica de ingresos y egresos del primer año de López Obrador no deja lugar a dudas; a pesar de sus promesas neokeynesianas, es continuidad de  las aplicadas por el neoliberalismo, como lo ofreció ya en distintas reuniones con empresarios: disciplina fiscal y estabilidad financiera, y por ello recibe buenos comentarios de la banca privada y la confianza de los mercados, eufemismos para indicar que el capital, el poder de los monopolios, lo califica positivamente.

Ante la comparecencia en la Cámara de Diputados del titular de SHCP, Carlos Urzúa, las fracciones del PRI, PAN y PRD como oposición, y MORENA y sus aliados como promotores de la Cuarta Transformación, sólo han discutido la forma, es decir, la manera cómo se va a distribuir el presupuesto: si más o menos dinero para los programas de asistencia social, si los recortes a tal o cual rubro o dependencia; pero no cuestionan que detrás del asistencialismo exasperante del presupuesto de egresos se evidencian los principales golpes a la clase trabajadora, en sus derechos laborales, en su seguridad social, en los contratos colectivos, etc., así como lo demagógico de esa política, y que demuestra cuáles son las prioridades del Gobierno Federal en manos de la nueva socialdemocracia: Militarización, Seguridad Nacional y propaganda oficial, mientras que desprecian la Educación, la Cultura y la Salud Pública.

En esencia, el Presupuesto 2019 concuerda con el llamado “ajuste estructural”, el control de la inflación –lo mismo que ocurrió en los sexenios de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Peña Nieto-, por lo que es un gran embuste pronunciarse contra el neoliberalismo, como lo hizo el Presidente el 1 de Diciembre, y aplicarlo en el terreno de la economía.

Citamos algunos elementos visibles de la dirección antipopular del Presupuesto 2019:

- El presupuesto destina montos específicos para proyectos de asociación público-privada, otra fuente de ganancia para empresas inmobiliarias y del ramo de la construcción, para las cámaras, etc. El Estado como tal no asume la realización de tales proyectos por su propia cuenta. 

- Normas de austeridad previstas para el Instituto Mexicano del Seguro Social, que de por sí carece de una planta de trabajadores más amplia, entre otras cosas. 

- El presupuesto sostiene presupuestos millonarios para los grandes partidos de la burguesía, incluido el monto de 1,600 millones de pesos para Morena de un total de 5 mil millones de pesos. 

- A diferencia de lo planteado, continúan los etiquetados. A través de los cuales los legisladores de Morena podrán realizar proyectos cosméticos y selectivos entre sectores populares y franjas obreras de la población para afianzar la dominación burguesa y su propia representación partidaria con miras, posiblemente, a un plan de décadas al frente del Estado.

- El gobierno federal promoverá que el 20% de los recursos previstos para el Fondo de Aportaciones para el Fortalecimiento de los Municipios y las demarcaciones territoriales del Distrito Federal (FORTAMUN) se destinen a la seguridad pública. Lo cual va de la mano con la política de militarización y mayor control policial. A ello su sumará otro 20% proveniente del FASP. Más los 4 mil 9 millones de pesos para otorgar subsidio al fortalecimiento del desempeño en materia de seguridad pública a municipios y demarcaciones territoriales de CDMX.

-El presupuesto, en su capítulo II De las disposiciones de austeridad y disciplina presupuestaria, establece que las dependencias y entidades deberán observar: a) no crear plazas; b) control de incrementos a los trabajadores; c) posibilidad de definir modalidades específicas para aplicar medidas de austeridad y disciplina presupuestaria.

- Las medidas de austeridad que se realizan antes y durante la propuesta del presupuesto de egresos, incluso como acción para incrementar algunos presupuestos en lo particular, implican el despido de trabajadores por honorarios, eventuales, de confianza y de la modalidad de prestadores de servicios.

- El presupuesto de egresos implica secciones que anulan derechos de los trabajadores al servicio del Estado, pequeñas líneas de reforma. Por ejemplo: en general no generar plazas, salvo en casos particulares; que los pagos retroactivos por ocupación de plazas sólo sean por determinados días naturales y condicionados a asistencia y desempeño; se podrán eliminar, traspasar, compactar plazas, etc., a criterio unilateral y exclusivo de la Administración Pública Federal o de la Secretaría de Hacienda; la Secretaría de Hacienda definirá por su cuenta un monto de compensación para servidores públicos por terminación de relación laboral por decisiones que unilateralmente considere la administración pública, incluido la cancelación de plazas, la eliminación de unidades administrativas en dependencias o entidades, etc.

Hay un gran recorte al gasto social, brutal en el campo, salud, educación, cultura, sector público y una inyección estratosférica de recursos a los monopolios, con el trabajo gratuito de más de dos millones de jóvenes.

Como afirma el Centro de Análisis Multidisciplinario de la UNAM, 43 mil 300 millones de pesos del Presupuesto 2019 serán destinados para el Programa “Jóvenes construyendo el futuro”, un verdadero acto de barbarie, por más que se le enmascare de bondadosa obra gubernamental: por esa fuerza de trabajo, los monopolios no pagarán un solo peso, será ganancia absoluta, un incremento salvaje de la ganancia del capitalismo, de la cuota de plusvalía, con cargo al conjunto de los trabajadores mexicanos. Para la juventud es normalizar el trabajo precario, las condiciones de trabajo sin derechos, sin contrato, sin vacaciones y aguinaldo, sin INFONAVIT ni seguridad social, con salarios de hambre, y todo con la envoltura de la asistencia social frente al desempleo; para la clase obrera es el costo de cargar con la recuperación económica por la crisis del 2008, viendo cómo los presupuestos sociales se reducen; para el capitalismo, para el poder de los monopolios, la maximización de las ganancias, el incremento de la explotación del trabajo asalariado, enormes beneficios económicos.

En nombre de la austeridad vienen más golpes a la clase obrera. El proletariado mexicano lleva décadas viviendo en la austeridad, con la pérdida constante del poder adquisitivo del salario, con el despojo de los derechos sindicales y laborales, viviendo en el hambre y la miseria. Es un contrasentido decir que la corrupción es el principal problema que les aqueja, cuando es claro en cada centro de trabajo, en cada rama de la industria, en todo el proceso de producción, circulación y distribución de las mercancías que el problema central es la explotación, la apropiación privada de la riqueza socialmente producida. Negar la Ley de la Gravedad no sólo sería anticientífico, sino que tendría consecuencias dañinas, y lo mismo ocurre al negar la lucha de clases y asegurar que el problema social de México es la corrupción; pues hoy el gobierno no encuentra que sus medidas anticorrupción le solucionen el problema presupuestal y sólo atina al recorte social. Por cierto que las erratas en cuanto a la autonomía y presupuesto de las universidades deberían dar más qué pensar al Ejecutivo, pues son errores políticos muy graves.

El Partido Comunista de México valora muy negativamente la preponderancia que adquiere en la vida nacional el Ejército Mexicano. Pareciera que el Presidente López Obrador conduce deliberadamente el país a la militarización; confirma nuestra apreciación el discurso del 7 de diciembre pasado del titular de la SEDENA en Nayarit y anunciado extraoficialmente el día de hoy, 20 de Diciembre, por el propio López Obrador: la Guardia Nacional será de 150,000 efectivos, y será financiada por la incursión empresarial inmobiliaria de los militares; también anuncia que será de su responsabilidad la construcción del aeropuerto de Santa Lucía. Por ello son privilegiados con un aumento presupuestal directo del 11%, pero también en otros rubros del Presupuesto 2019.

El Partido Comunista de México reitera a la clase obrera de México que el Presupuesto 2019 demuestra que estamos ante un gobierno antiobrero y antipopular, y que es necesario aumentar nuestra organización como clase en lo sindical y político para confrontar la dictadura de clase de la burguesía, el poder de los monopolios, hoy denominada Cuarta Transformación.

Los comunistas no sólo nos oponemos y luchamos contra los recortes del gasto social que el presente gobierno efectuará, sino que además le opondremos las reivindicaciones que históricamente han formado parte de la tradición comunista: que los funcionarios no perciban un salario mayor al de un obrero calificado, la desaparición de las estructuras gubernamentales parasitarias como la figura del poder ejecutivo que actualmente dicta sobre los poderes legislativo y judicial, y la conformación de un organismo con facultades legislativas y ejecutivas. Éste es el proyecto que los comunistas  oponemos a la falsa “austeridad republicana” que hoy es la bandera bajo la cual se busca maximizar las ganancias de los monopolios.

De igual forma afirmamos que es posible aumentar el presupuesto social a salud, educación, ciencia y demás ámbitos que el gobierno busca recortar, ya que la riqueza social generada por los trabajadores de nuestro país alcanza para atender las problemáticas sociales irresolubles en éste sistema de explotación y para garantizar la salud, educación y cultura para todos los trabajadores. El problema es que la riqueza es propiedad de los grandes monopolios para los cuales trabaja MORENA y para los que trabajaron los pasados partidos en el poder. Por esto, la precondición de que la riqueza generada por los trabajadores esté al servicio de los mismos es la instauración del poder obrero y derrocar el poder de los monopolios, sólo así la riqueza estará a disposición de quienes la generan.

La discusión del presupuesto ha volteado la política burguesa de cabeza. Partidos como el PRI o el PAN, impulsores iniciales de medidas antipopulares como los recortes a la educación o los “gasolinazos”, se rasgan las vestiduras cuando estas mismas medidas son aplicadas por Morena. Por otro lado, aquellas voces “de la izquierda” que tanto criticaron los regímenes pasados por el aumento de impuestos o los recortes a temas como ciencia y cultura, ahora hacen maromas argumentativas para justificar a toda costa las propuestas económicas del nuevo gobierno.  Muy triste y vergonzoso es el papel que han asumido algunas organizaciones y compañeros, con los que en algún momento hemos compartido trinchera de lucha, al defender a ultranza las propuestas de gobierno de Morena y AMLO. Consideramos que es muy peligroso para nuestra clase apuntalar la idea de que existen recortes “buenos” y recortes “malos”, querer ocultar con el manto de la “austeridad” lo que en realidad es la retirada del Estado en la atención integral de los servicios sociales (reducción al campo, a las universidades, a cultura, a la ciencia) y su sustitución por políticas asistencialistas enfocadas a aquellos “que menos tienen”, tal y como dicta la norma del liberalismo social planteada por Salinas de Gortari hace 20 años. El ejemplo de este camino lo tenemos en Grecia, con el gobierno de Tsipras, donde la austeridad significa miseria y empobrecimiento del pueblo y ganancias para los monopolios.

Aunque el Presidente López Obrador la niegue, la lucha de clases es el motor de la historia, y su demagogia, su populismo chocan con la realidad; él no puede hacer un gobierno para todos, está haciendo un gobierno abiertamente favorable a los monopolios y en consecuencia adverso a la clase obrera y los sectores populares.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

 

El Buró Político del Comité Central