Las recientes elecciones en los EEUU han dado como resultado el ascenso de Donald Trump a la Presidencia de ese país, después de una enconada campaña que expresa la disputa y antagonismos intermonopolistas, marcada por el escándalo y el desinterés por la vida de la clase obrera y los sectores populares.

Es necesario señalar que tanto Trump, como Hillary Clinton, son fieles representantes del poder de los monopolios, expresan los mismos intereses de clase, contrarios a los del proletariado multinacional de los EEUU.

H. Clinton fue presentada como un “mal menor”, sin embargo a lo largo de estos años, en conjunto con Bill Clinton primero, y después durante la Administración Obama, fue la responsable directa de agresiones militares imperialistas contra los pueblos de África, Medio Oriente, Europa y América Latina. El dúo Obama-Clinton llevó la guerra y destrucción a Libia, Siria; instrumentaron los golpes “soft” en Honduras y Paraguay; crearon y financiaron grupos terroristas; realizaron las deportaciones de trabajadores migrantes más masivas de los últimos tiempos; efectuaron una política económica destinada a salvaguardar las ganancias de los monopolios en medio de la crisis de sobreproducción y sobreacumulación del capital, lo que significó que los costos los pagaran los trabajadores, con la reducción de su nivel de vida y la agresión a sus derechos sindicales y laborales.

De la misma manera que si fuera electa H. Clinton, la Administración de Trump, significará en esencia de esa política para desvalorizar el trabajo, continuar las agresiones e intervenciones imperialistas contra los pueblos y preparativos de una guerra interimperialista. Significará el ataque a los trabajadores de EEUU, sobre todo contra los trabajadores migrantes de México y otras nacionalidades.

Significará el reforzamiento de los lazos con los monopolios mexicanos y con el Estado mexicano que los expresa, hoy representado por el gobierno de Peña Nieto.

Para luchar contra las medidas bárbaras, para organizar a los trabajadores migrantes por sus derechos, para construir la alianza y unidad entre los trabajadores de México, EEUU, y los cientos de miles de trabajadores migrantes es necesario reforzar las filas del Partido Comunista de México, consecuente con una línea antimonopolista, anticapitalista y antiimperialista.

¡Abajo el imperialismo!

¡Vivan los trabajadores de México y EEUU!

¡Proletarios de todos los países, uníos!

El Buró Político del Comité Central