Sobre el bicentenario del natalicio de Karl Marx, nuestro jefe y maestro.

 

Este 5 de mayo de 2018 se cumplen 200 años del natalicio de Karl Marx, quien junto con F. Engels colocó las piedras angulares del socialismo científico y de la cosmovisión revolucionaria de la clase obrera. Han pasado dos siglos desde su nacimiento pero sus ideas mantienen su vigencia entre la clase obrera, los revolucionarios y los partidos comunistas de todo el mundo. La vigencia de su pensamiento reside, entre otras cuestiones, porque los trabajadores del mundo siguen padeciendo las contradicciones inherentes al sistema capitalista, la explotación, el hambre, la miseria, la represión, entre otras problemáticas que desde la época de Marx, no sólo se han mantenido, sino que se han agudizado. En este siglo XXI, las ideas del genio de Tréveris cobran cada vez más fuerza porque el dilema de la humanidad será entre poder obrero o poder de los monopolios, entre el capitalismo con barbarie, hambres, guerra y el socialismo-comunismo.

 

“El capitalismo viene al mundo chorreando lodo y sangre”, señaló Marx en su obra cumbre, El Capital, donde develó el funcionamiento de la maquinaria del sistema, el origen de la explotación del hombre por el hombre, la contradicción capital/trabajo que engendra la actual sociedad dividida en clases, las bases económicas que sustentan el régimen de la desigualdad, el privilegio de unos cuantos a costa del trabajo de millones.

A Marx se le ha querido reducir a un pensador crítico más de la modernidad, a un estudioso de la economía, la historia y la filosofía. Sin embargo, lo que hay que decir es que fue un gran revolucionario, en el sentido más extenso de lo que esto significa, quien desde su juventud junto a F. Engels tomaron partido y una vida activa en los grupos que preludiaron la Revolución de 1848, que estremeció a Europa.

Odiado por nuestros enemigos de clase, los burgueses, Marx fue señalado como un peligroso revolucionario por el gobierno prusiano. Resultado del estudio científico y su vinculación con el movimiento obrero, Marx y Engels ejercieron una lucha enérgica contra las diversas doctrinas del socialismo utópico y fundamentaron en su lugar, las ideas del comunismo científico, consecuencia de un largo estudio científico de la sociedad desde una visión dialéctica y materialista de la historia, dotando al proletariado industrial, una teoría, una táctica y la estrategia para la emancipación del proletariado y por ende de todos explotados.

Los comunistas nos deslindamos tanto de visiones academicistas de Marx como de visiones reaccionarias de nuestros enemigos de clase, la burguesía. Los comunistas reconocemos las aportaciones fundamentales del materialismo filosófico, la dialéctica, la concepción materialista de la historia, la lucha de clases, y en la doctrina económica con la teoría del valor y la plusvalía. Análisis que concluyen en que la única alternativa para el proletariado es adoptar una táctica y estrategia revolucionarias.

Ambos, Marx y Engels, redactaron a petición la Liga de los Comunistas, durante su II Congreso en 1847 el Manifiesto del Partido Comunista, donde exponen con una claridad y brillantez la nueva concepción del mundo, el materialismo aplicado al campo de la sociedad, la dialéctica como la más completa y profunda doctrina del desarrollo, la teoría de la lucha de clases, la necesidad de la dictadura del proletariado y el papel histórico revolucionario del proletariado como creador de una nueva sociedad, la sociedad comunista.

Un año después, en 1848  Marx sería expulsado de Bélgica al estallar la revolución de febrero y se trasladó a París, luego a Alemania de donde también fue expulsado, para pasar el resto de su vida en Londres. Fue en 1864 cuando fundó la I Internacional, organización que buscó la unificación del movimiento obrero alrededor del mundo. A pesar del sabotaje de los elementos anarquistas al movimiento obrero internacional, Marx y la liga de los comunistas lograron impregnar una tradición de lucha revolucionaria internacional contra el capital en todo el mundo.

Es innegable el papel conspirador de Marx, como un revolucionario profesional que antepuso los intereses de la revolución socialista, a la vida de su propia familia e intereses personales como era tradición de tantos pensadores y filósofos de su época. Marx es el ejemplo del revolucionario militante que desde la publicación del Manifiesto del Partido Comunista, llama a los revolucionarios y a la clase obrera más consciente a conformar su partido, la organización revolucionaria que habrá de derrocar mediante la violencia organizada el régimen del capital.

Mientras algunos seudopensadores libertarios y marxólogos dicen retomar las ideas de Marx, sólo lo han desdibujado, le han quitado su carácter revolucionario, conspirativo y subversivo, porque en el fondo sólo buscan justificar sus privilegios en la academia o en gobiernos socialdemócratas que hoy buscan ilusamente la reforma y la gestión del capitalismo en vez de su derrocamiento.

Es por ello que los militantes del Partido Comunista de México conmemoramos la vida y obra de Karl Marx; sus aportaciones viven y son la guía de nuestro programa político. Nuestro mejor homenaje al fundador del comunismo científico es estudiarlo, trabajar y organizar a la clase obrera para derrocar el poder de la burguesía, su Estado y su ideología mediante las armas teóricas y prácticas que nos legó el gran comunista Karl Marx.

Alrededor del bicentenario realizaremos actividades teóricas, publicaremos nuevos textos de Marx y Engels en la colección marxista de la Editorial revolución, aumentando su difusión, el 5 de mayo realizaremos en la Ciudad de México una sesión teórica en homenaje a nuestro jefe y Maestro.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

 

El XIV Pleno del Comité Central del Partido Comunista de México