Sin partido Bolchevique los cañones del Aurora no habría sonado, la insurrección habría sido imposible.

 

 

Contribución presentada por el camarada Pável Blanco Cabrera, de la Dirección Colectiva del Comité Central del Partido de los Comunistas, al Encuentro de Minsk de los Partidos Comunistas y Obreros, en ocasión de los 90 años del triunfo de la Gran Revolución Socialista de Octubre.

 

Queridos camaradas:

 

Agradecemos al Partido Comunista de Bielorrusia y al Partido Comunista de la Federación Rusa por crear las condiciones para materializar este Encuentro de los Partidos Comunistas y Obreros, y por organizar una conmemoración de los 90 años de la Gran Revolución Socialista de Octubre profundamente internacionalista.

 

Nos honra estar en Minsk, donde en 1898 en condiciones de la difícil clandestinidad se reunió el I Congreso del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia, y aunque es hasta el II Congreso donde en definitiva irrumpe el bolchevismo como corriente política revolucionaria del movimiento obrero, lo cierto es que el Congreso de Minsk esta apuntando ya la concepción organizativa, la necesidad de la herramienta que introduzca la conciencia a la clase, la organice y le forme la disciplina necesaria para la lucha de clases contra el opresor. Sigue estimulando que menos de una decena de revolucionarios se hayan atrevido a plantear el derrocamiento del sistema con base en la teoría marxista y la organización, porque aún escuchamos los argumentos sobre la imposibilidad de acción por la desventajosa correlación de fuerzas.

Lo que el 7 de Noviembre de 1917 ocurrió, los 10 días que conmovieron al mundo, la revolución proletaria triunfante, la epopeya de obreros, campesinos y soldados que victoriosamente asaltan por segunda vez el cielo es un momento de tal trascendencia histórica que en ocasiones impide ver como nació todo, que el camino no fue fácil, que estuvo lleno de dificultades, adversidades, derrotas, del aprendizaje de la ofensiva y del repliegue organizado.

 

La Revolución Socialista de Octubre, como revolución anticapitalista rompe el hielo, abre un camino, inicia la ruptura histórica definitiva con el sistema basado en la propiedad privada de los medios de la producción; inaugura para decirlo en términos clásicos la época de las revoluciones proletarias y del transito del capitalismo al socialismo en todo el mundo. Este camino abierto por el Octubre Rojo, no fue -en opinión del Partido de los Comunistas de México- cancelado por la derrota temporal en Europa Oriental y la URSS de fines del siglo pasado. El ciclo continúa abierto y la perspectiva de la revolución socialista esta planteada a los comunistas, no como una cuestión futura, sino como la clave para confrontar la barbarie del capitalismo en su fase imperialista.

 

La Revolución de Octubre no es un hecho espontáneo, no es solo producto de la crisis del capitalismo, de la guerra, del hambre, de la escasez, es sobre todo resultado del bolchevismo, del trabajo ideológico y organizativo del partido marxista, del trabajo permanente para mantener la disciplina del partido revolucionario, comprobarla y reforzarla.

 

¿Seria posible la Revolución de Octubre sin la lucha ideológica sin concesiones contra el populismo y el oportunismo? Pensamos que no.

 

En un primer aspecto el estudio objetivo de la situación de las clases sociales, del desarrollo del capitalismo, de la formación económico-social, el análisis concreto de la situación concreta para situar las tareas de vanguardia del proletariado, de la clase obrera; Partiendo de esa base, un siguiente aspecto es afirmar que la tarea principal de la clase no es la lucha por las reivindicaciones económicas, sino fundamentalmente su tarea política, la lucha por el poder, enlazando la revolución democrática con la revolución socialista. Y para esa tarea se requiere de un partido solidamente organizado, profundamente cohesionado, con una sola y férrea voluntad de lucha. No cualquier tipo de partido, sino un partido revolucionario, que entienda que es portador desde el exterior de la conciencia al movimiento obrero; un Estado Mayor dispuesto a organizar en una sola fuerza a la clase obrera, con base en el centralismo democrático.

 

Un partido así que para mantener su identidad y perspectivas libra una lucha contra el oportunismo de la II Internacional y genera las bases para la Internacional Comunista, dando paso a la formación de partidos comunistas y obreros en todo el mundo.

 

Es el caso del Partido de los Comunistas de México, que es resultado directo de la Sección Mexicana de la Internacional Comunista, hijo directo de la Revolución de Octubre, de años de difusión de las ideas marxistas-leninistas en México, y de la influencia positiva de la construcción socialista en la URSS y otros países.

 

Para nosotros la lucha contra el oportunismo de la socialdemocracia, mantiene vigencia, en tanto que como expusiera Lenin en las Tesis de Abril, el momento de quitarnos la ropa sucia y ponernos la rompa limpia había llegado. Y decimos esto, porque nos resulta incomprensible que siendo la lucha contra la guerra imperialista un motivo de separación con la II Internacional, hoy haya partidos que forman parte de coaliciones que avalan la intervención militar en otros pueblos, tanto por parte del imperialismo norteamericano, como de la OTAN. Tampoco entendemos las maniobras que se hacen para ser parte de coaliciones gobernantes con la socialdemocracia y aún con los adversarios de clase.

 

En nuestra experiencia nacional los comunistas de México, encontramos que las bases de la liquidación del primer partido comunista, en 1981, están en una política frentista a toda costa, que anulo la independencia de clase del partido marxista-leninista y del conjunto de los obreros y campesinos,  y que llevo a considerar la lucha por la democracia, en abstracto, vacía de contenido clasista, como la principal tarea, que lo hizo presa fácil de las tesis del eurocomunismo, del antisovietismo, para su consecuente autoliquidación.

 

Los comunistas no nacimos para ser la izquierda del sistema, sino para confrontarlo, destruirlo, enterrarlo. Para eso fue que nos pusimos la ropa limpia y abandonamos la ropa sucia.

 

Otra lección permanente de la Revolución de Octubre es la construcción de la unidad de todos los oprimidos alrededor de la clase obrera. De la unidad con los pobres del campo, los jornaleros, con las diversas nacionalidades sometidas por la autocracia. La constitución del sujeto de la revolución con centro en la clase obrera, tiene como claro norte agrupar a los de abajo en clara ruptura con los de arriba. La política del frente popular correcta en la lucha contra el fascismo, extendida mecánicamente más allá de la coyuntura, en el caso de nuestro país condujo a severas deformaciones y a una política de alianzas con sectores de la burguesía.

 

La Revolución Socialista de Octubre es junto con la Comuna de París, la experiencia de las democracias populares y la construcción socialista, en Europa, Asia y el Caribe, fuente principal de aprendizaje en el accionar por un mundo mejor, pues demuestra que la burguesía no es necesaria, que el mundo puede vivir sin ella, que la clase obrera puede constituirse en clase dominante, formar su Estado, con verdadera justicia, libertad y emancipación. Esa experiencia histórica es invaluable, y su aprendizaje es irrenunciable, algo que es hecho de lado por los promotores del llamado Socialismo del Siglo XXI, que hasta hoy fuera del slogan, no presentan contenidos, ni argumentos fundamentales.

 

Sin partido bolchevique los cañones del Aurora no habría sonado, la insurrección habría sido imposible. Sin Revolución de Octubre, sin poder soviético, no se habría inaugurado la transición del capitalismo al socialismo; no se habría derrotado al fascismo; no se habría resquebrajado el colonialismo en África, en Asía; no habría partidos comunistas.

 

La situación en México

 

El movimiento anticapitalista que se agrupa alrededor de La VI Declaración de La Selva Lacandona del EZLN avanza. Ahora estamos en la fase de elaboración del Programa Nacional de Lucha. Las tendencias organizativas dentro del movimiento se potencian y hoy esta constituido un claro sujeto social y político con identidad transformadora muy clara, pues sabemos que otro mundo solo es posible sobre el cadáver del capitalismo.

 

Las bases del Programa Nacional de Lucha son las siguientes:

 

a)      Expropiación de los medios de la producción y del cambio por parte de la clase obrera y los trabajadores; con la clara premisa de que sin la participación del proletariado no es posible un anticapitalismo consecuente.

b)      Reapropiación de la tierra y los territorios por parte de los pueblos indios, trabajadores del campo y campesinos.

c)      Derrocamiento del sistema, del gobierno, de las instituciones, y del régimen actual de partidos electorales, lo que conocemos como la clase política.

 

El espacio para este movimiento pretende ser cerrado por la burguesía que acuerpada opta por la represión y la abierta militarización de la patria mexicana.

 

Con un análisis muy claro el Subcomandante Marcos resume estas cuatro salidas que se presentan a México:

 

1)      La de la represión masiva con un aumento del presupuesto al Ejército, y la puesta en marcha en conjunto con el imperialismo del Plan México (símil del Plan Colombia) y del Plan Mérida, ambos acuerdos tomados con Bush en la Cumbre de la ASPAN. Al mismo tiempo la represión selectiva con la reactivación de la guerra sucia, es decir la desaparición y el asesinato de cuadros fundamentales del movimiento revolucionario y golpes focalizados contra fuerzas insurgentes como el EZLN.

2)      La salida del cambio sin rupturas, del cambiar todo para que permanezcan la misma situación, la de la “izquierda” del neoliberalismo que insiste en presentarse como gelatinoso centro, en disputa con otras fuerzas derechistas, de López Obrador, el llamado Frente Amplio Progresista, coalición de partidos neoliberales, que optan por la contención social con medidas asistencialistas, y que apuestan al proceso electoral presidencial del 2012.

3)      Una guerra civil.

4)      Una salida organizada anticapitalista, que es la que pretende presentar La Otra Campaña y la Conferencia de Organizaciones Anticapitalistas de Izquierda-México, integrada por el EZLN, el Partido de los Comunistas, el Frente Popular Francisco Villa Independiente y la Unidad Obrera y Socialista, en el 2010.

 

Esa es la disyuntiva que nos presento Oaxaca el año pasado: organización o espontaneismo; movimiento nacional o brotes regionales; coordinación o cada quien por su lado.

 

La respuesta de la burguesía y sus partidos es unánime: ahogar a este movimiento, borrarnos del mapa. Esta en marcha el reinicio de la guerra en Chiapas contra los pueblos indios y el EZLN, a través de grupos paramilitares vinculados al PRD y PRI y directamente con las fuerzas del Ejército Federal. Esto violenta la Ley para el dialogo que siguió a la rebelión armada de 1994, la cual es traicionada por los mismos que la firmaron, es decir el PRI, PRD, PAN y demás partidos registrados..

 

En la cárcel siguen los compañeros detenidos en San Salvador Atenco. El Gobierno de Calderón esta optando por la salida del Ejército a las calles y caminos de México, con retenes que cancelan las libertades democráticas.

 

Muchas voces de ayer, hoy guardan silencio sobre esta guerra de baja intensidad contra los revolucionarios y rebeldes mexicanos. La coartada es el centro-progresismo, la lógica del posibilismo.

 

Que el pueblo mexicano continúe su proceso autoorganizativo, que la clase obrera de México se temple para acometer sus tareas históricas, que se materialice nuestro esfuerzo por una rebelión nacional anticapitalista, depende principalmente de nuestras fuerzas, y también de la solidaridad internacionalista. El Partido de los Comunistas de México confía en las posiciones internacionalistas de sus partidos hermanos en el mundo.

 

Ese es el camino que nos abrió la Revolución de Octubre, y por el que habremos de caminar.

 

¡Y a pesar de todo, la tarea se realizara!