SOBRE EL 70 ANIVERSARIO DEL FIN DE LA II GUERRA MUNDIAL IMPERIALISTA Y LA GRAN VICTORIA ANTIFASCISTA DE LOS PUEBLOS, 9 DE MAYO DE 1945

Una de las grandes epopeyas populares es el 1 de mayo de 1945, el día cuando la bandera roja, la bandera del primer estado socialista, de la URSS, se alzó triunfante en Reichstag por el Ejército Rojo que había destruido la mayor parte de las tropas del Estado alemán nazi que se consideraban como invencibles.

Al amanecerse el 9 de mayo de 1945, Alemania se rindió sin condiciones. Cuatro meses más tarde (2 de septiembre de 1945) se rindió Japón después de la victoria de las tropas soviéticas contra sus tropas en Manchuria. Así que se consolidó la victoria de los pueblos contra el bloque imperialista fascista constituido por los Estados capitalistas de Alemania, Japón, Italia y sus aliados.

El KKE rinde honor a todas y todos que dieron su vida o quedaron discapacitados en los campos de batalla y en la clandestinidad, para aplastar el imperialismo fascista; a los partidos comunistas en todo el mundo que dirigieron las luchas de liberación nacional.

A todos aquellos que lucharon con las armas o con folletos en las manos, que mantuvieron una postura heroica en los calabozos y ante el pelotón de fusilamiento. A los innumerables muertos de los bombardeos y del hambre y entre ellos los niños que eran las primeras y mayores víctimas. A los millones de personas que fueron torturados en los campamentos de concentración y de muerte, y en cada lugar de horror, donde la explotación del hombre por el hombre llegó a su punto más bajo con la degradación absoluta de la existencia humana.

Rendimos honor y defendemos la gran contribución de la URSS.

Rendimos honor y defendemos la contribución enorme de la Unión Rusa Socialista Soviética contra la distorsión. La Unión Soviética llevó el mayor peso de la guerra. Es característico que el verano de 1944, cuando en la Europa Occidental las fuerzas estadounidenses y británicas confrontaron 75 divisiones alemanas, el Ejército Rojo había inmovilizado 200 divisiones en el frente oriental. La URSS tuvo una contribución decisiva con un coste enorme. Los datos son impresionantes: los muertos superaron los 20 millones, y entre ellos los comunistas más jóvenes, más capaces y productivos. Respectivamente, Bretaña sufrió 375 mil muertos y EE.UU. 405 mil muertos. La URSS tuvo, incluyendo los discapacitados y los heridos, más de 30 millones de sacrificios.

La mayor parte de la infraestructura de las fábricas, de la riqueza que había creado el pueblo soviético con mucho trabajo y entusiasmo en dos décadas de construcción socialista, fue destruida y despojada por los invasores nazis. Los datos son tremendos: 1.710 ciudades se convirtieron en un montón de ruinas, 70.000 pueblos y aldeas se quemaron, 32.000 empresas industriales y 65.000 kilómetros de líneas de ferrocarril se destruyeron parcial o completamente, 98.000 koljoses, 5 mil sovjoses y estaciones de máquinas y de tractores, miles de hospitales, de escuelas, de instituciones de enseñanza superior y bibliotecas fueron despojados.

Por eso la Unión Soviética, su pueblo, el Ejército Rojo, el Partido Comunista de los bolcheviques que encabezó, guió la lucha titánica, su juventud KOMSOMOL, merecen el reconocimiento y la gratitud de los que rinden honor a la victoria antifascista. Como mínimo tributo a esta epopeya inmortal, todos deben condenar los intentos humildes de mancillarla, lo que constantemente tratan de hacer las organizaciones y los mecanismos de la burguesía y del capitalismo.

La victoria de la Unión Soviética, liderada por I.V.Stalin, contra la Alemania nazi y sus aliados se logró debido: al papel del poder obrero soviético en la creación y organización de la defensa de la Unión Soviética, a las ventajas que ofrecen la socialización de los medios de producción y la planificación central de la economía, al papel protagonista de las masas populares, con la clase obrera como fuerza dirigente, al papel del Partido Comunista como vanguardia obrera revolucionaria. Se trata de una lección histórica de suma importancia para el presente y el futuro del movimiento revolucionario.

La salvación de la Unión Soviética no habría sido posible si no hubiera recorrido, en sólo 20 años tras el fin de la Guerra Civil que siguió a la Revolución de Octubre, una gran distancia en el camino del desarrollo socioeconómico y cultural conscientemente planificado.

La epopeya soviética es un legado para todos ellos que luchan por el establecimiento del socialismo-comunismo. No tiene nada que ver con gobiernos como el de Putin, que sirven como pilar del imperialismo ruso que explota el día 9 de mayo para reforzar ideológicamente la restauración capitalista en la URSS, aprovechándose de  los sacrificios de millones de hombres y mujeres comunistas ocultando quiénes consiguieron el logro soviético y porqué.

Defendemos la verdad histórica y promovemos las lecciones de la lucha heroica de los pueblos.


El KKE está orgulloso por que ha sido el inspirador, organizador, el principal proveedor de militantes a la gran resistencia de nuestro pueblo bajo las banderas del EAM.

El movimiento de liberación nacional de nuestro país ha sido un movimiento de los más masivos en los países ocupados, como el de Yugoslavia. Todos los movimientos de liberación nacional, los partisanos, con su lucha armada heroica detuvieron a cientos de divisiones enemigas. Y provocaron grandes desastres a las tropas de ocupación.

Nos inspiramos y sacamos enseñanzas para llevar a cabo con mayor madurez y preparación las tareas del presente y del futuro.

El KKE se dirige a la clase obrera, a los sectores populares pobres y sobre todo a los jóvenes y les insta a buscar la verdad, los verdaderos acontecimientos y las causas que llevaron a las guerras mundiales y locales, al auge y al dominio del fascismo-nazismo en ciertos países.

Las uniones interestatales, los órganos oficiales que sirven al capitalismo, sienten puro odio para el 9 de mayo de 1945, que es símbolo de la victoria antifascista de los pueblos. Tratan de borrarlo de la memoria del pueblo, distorsionar su contenido, tergiversar la verdad histórica. Esto es un componente de su propaganda anticomunista-antisocialista que se utiliza con el fin de esconder la conexión orgánica de la monstruosidad del nazismo-fascismo con el capitalismo monopolista y con las grandes responsabilidades de los partidos burgueses y socialdemócratas. La Unión Europea está en la vanguardia de esta sucia campaña orquestada.

No deben alcanzar sus objetivos. La clase obrera y los sectores populares, los científicos, los intelectuales, todos los que no aceptan la distorsión de la historia y el anticomunismo deben oponerse. Todos los que entienden que el conocimiento de la historia y las conclusiones científicas que derivan de esta son los recursos esenciales para la concienciación y la lucha victoriosa de los pueblos y los jóvenes contra la bota de hierro de la dictadura de los monopolios y el horror de las guerras imperialistas. Para poner un fin a la matriz que genera tales fenómenos y al terreno que los alimenta.

Esto es lo que determina la tarea de proteger a los pueblos y las nuevas generaciones ante las grandes amenazas debido a las rivalidades imperialistas agudizadas, las crisis capitalistas, los caminos sin salida del capitalismo envejecido y en decadencia.

Como señaló el gran intelectual comunista Bertolt Brecht:

“El capitalismo existe en los países fascistas tan sólo como fascismo y el fascismo sólo puede ser combatido en tanto que capitalismo, como el capitalismo más desnudo, insolente, represivo y engañoso. ¿Cómo puede querer alguien decir la verdad sobre el fascismo, al que se opone, si no quiere decir nada en contra del capitalismo, que es lo que lo causa? ¿Cómo podrá hacerse practicable su verdad?”

El KKE defiende fuertemente y con un sentido de responsabilidad la verdad histórica y subraya las lecciones de la lucha heroica de los pueblos, de la clase obrera y del movimiento comunista. Considera que su tarea primordial es investigar sistemáticamente y utilizar en la elaboración de su estrategia las conclusiones de la lucha de los movimientos revolucionarios. Señala con valentía sus propios errores y deficiencias, así como los del movimiento. El embellecimiento es algo ajeno para los comunistas. Hay un abismo que separa nuestra crítica y autocrítica del ataque ideológico calumnioso de los enemigos del KKE y del movimiento revolucionario, así como de la idealización y enfoque unilateral de los errores que es característico del oportunismo. Nuestros motivos y objetivos están en dirección diametralmente opuesta.

Con la experiencia de un siglo de luchas y sacrificios para el pueblo y el socialismo, el KKE destaca que se requiere un frente ideológico y político coherente contra toda forma de dictadura del capital, como es el fascismo-nazismo.

El fascismo nace en las entrañas del sistema capitalista, no meramente como el resultado de una forma de gestión p.ej. de la política neoliberal como dicen las fuerzas oportunistas y socialdemócratas en Europa y en general. Es una forma que utilizan los monopolios para ejercer el poder. Éste también defiende la propiedad capitalista sobre los medios de producción, la explotación del hombre por el hombre. Particularmente en condiciones de crisis capitalista, de pobreza, de desempleo y de decadencia de los partidos burgueses gubernamentales, la clase obrera utiliza de manera múltiple los partidos nazis, como avanzadas que sirven sus intereses. Utiliza la actividad nazi que, con el nacionalismo extremo y la supuesta “solidaridad”, extiende una red de asimilación sobre las fuerzas populares, los desempleados, los sectores pequeñoburgueses arruinados.

El KKE revela al pueblo de manera fundamentada que la burguesía y el estado capitalista anulan o dejan de lado la democracia burguesa, el parlamentarismo y la legitimidad burgueses que ellos mismos establecieron. Cuando sus intereses lo exigen y lo consideran necesario, llevan a cabo golpes de estado militares y políticos, suspenden sus propias leyes, a fin de intensificar la violencia y la represión estatal y de cualquier otra forma, la restricción de las libertades políticas y sindicales.

El KKE subraya la necesidad de que la lucha contra el fascismo, por la defensa de los derechos obreros y las conquistas populares no sea separada de la lucha contra los monopolios, contra la explotación capitalista y su poder, que no entre en alianza con fuerzas burguesas y oportunistas que tratan de rescatar la forma parlamentaria de la dictadura capitalista. El objetivo del poder obrero debe ser un compromiso firme. El objetivo de la alianza social no debe cambiar de dirección y contenido, pues se trata de una alianza social que lucha en dirección antimonopolista-anticapitalista, una oposición obrera y popular contra el poder burgués. Sólo de esta manera tendrá perspectiva la lucha popular.

Las guerras imperialistas son el resultado de la gran agudización de las contradicciones interimperialistas

En el siglo XX, nuestro planeta se envolvió dos veces en las llamas de las guerras mundiales imperialistas. La I y la II Guerras Mundiales (1939-1945) fueron el resultado de la gran agudización de las contradicciones interimperialistas y de la lucha para el nuevo reparto del mundo. Estas contradicciones se agudizaron aún más debido a la existencia de la Unión Soviética en combinación con la crisis económica capitalista mundial (1929 - 1933). Después de un cierto punto solamente se podían solucionarse de manera armada entre los estados capitalistas. Tanto antes como después del inicio de la II Guerra Mundial, el objetivo de ambos bloques imperialistas de estados capitalistas fascistas y no fascistas fue la destrucción del primer estado socialista, la URSS, que fue un faro para todos los pueblos.

Ambas guerras mundiales imperialistas, así como los cientos de guerras locales que se llevan a cabo para servir los intereses de los estados capitalistas más fuertes, han sido crímenes imperialistas monstruosos de lesa humanidad y entre ellos había miles de crímenes de asesinatos masivos de brutalidad y de atrocidad sin precedentes. Pero la II Guerra Mundial fue superior que el anterior. Duró 2.194 días y se extendió a una superficie de 22 millones de kilómetros cuadrados. Más de 110 millones de personas se reclutaron en los ejércitos regulares. Los muertos en la guerra, soldados y civiles, llegaron a los 50 millones.

En nuestro país, los muertos llegaron en total a los 405.000 (muertos de hambre, ejecutados, muertos en la batalla, en la guerra italo-griega y alemana-griega, miles perdieron la vida en campos de concentración y sobre todo los judíos de Tesalónica etc).

Tras la I Guerra Mundial, Alemania, a pesar de su derrota y el tratado de Versailles, logró volverse de nuevo en una fuerza de asalto del imperialismo internacional, en esencia debido al gran apoyo que recibió de las potencias capitalistas vencedoras, con el fin de ponerse en contra de la Unión Soviética.

Existen pruebas firmes que revelan que la gran fuerza económica y militar de Alemania se logró gracias al apoyo directo de EE.UU, Francia y Bretaña y con su tolerancia a los primeros ataques militares. Sus monopólicos económicos gigantescos jugaron un papel principal en el fortalecimiento de Alemania y continuaron la cooperación con este durante la II Guerra Mundial con la tolerancia de sus gobiernos. A Hitler y Mussolini, aparte de los grupos empresariales, los apoyaron también la Iglesia Católica y una serie de partidos socialdemócratas, conservadores y burgueses del llamado espacio del centro, mientras que después de la guerra, los alemanes criminales de guerra se reclutaron por la OTAN y los servicios de inteligencia de los estados imperialistas “democráticos”.

La base de masas que obtuvieron los partidos de Hitler y Mussolini, confirma que la crisis económica y capitalista en general no llevan por si mismas a la radicalización de las masas populares. Al contrario, bajo ciertas condiciones, llevan a un retroceso aún mayor y a la distorsión de la conciencia clasista y política y la manifestación de movimientos reaccionarios de masas.

Las primeras empresas militares empezaron el 19 de septiembre de 1931 cuando Japón atacó Manchuria y pocos años más tarde (3 de octubre de 1935) Italia atacó Etiopía.

El 18 de julio de 1936 se estalló el movimiento fascista-militar de Franco en España contra el gobierno del Frente Popular. Así que inició la Guerra Civil Española que terminó en 1939 con el predominio de los fascistas.

En estos desarrollos jugaron un papel decisivo, por una parte la gran ayuda en recursos humanos y militares así como medios económicos que ofrecieron Alemania e Italia a los fascistas españoles, y, por otro lado, la postura hipócrita de los estados capitalistas fuertes, de Bretaña, de Francia y de EE.UU. que supuestamente en el nombre de la “no intervención” y de la política hipócrita de apaciguamiento ante el peligro del fascismo y la guerra, le privaron al pueblo español los medios necesarios para luchar, ayudando de esta manera a Franco y sus aliados.

Un ejemplo característico del papel de los gobiernos socialdemócratas era la postura del gobierno burgués del Frente Popular (el primer ministro fue Léon Blum) en Francia que ayudó políticamente a Franco al ataque contra el pueblo español y dejó la organización fascista actuar libremente en Francia, mientras que la burguesía francesa, sus partidos y la Iglesia Católica crearon, reforzaron y armaron las organizaciones fascistas (“Croix de feu” etc.). El gobierno del Frente Popular, entre otras cosas, entregó a Franco la Armada española que había acudido a los puertos franceses, y además devolvió el oro de España, prenda de sus préstamos.

Al contrario, la URSS y el movimiento comunista expresaron su solidaridad al pueblo de España de manera práctica. La Unión Soviética era el proveedor principal en armas, alimentos, medicamentos, ropa, que estaban transportados por la vía marítima con muchos peligros, rompiendo las emboscadas de los submarinos alemanes e italianos. Además, ofreció a especialistas y oficiales. De particular importancia fue la contribución de las Brigadas Internacionales, de los miles de los voluntarios extranjeros que se fueron a España y lucharon al lado del pueblo español, dando incluso su vida. Los primeros fueron los comunistas, y entre ellos cientos de griegos.

El 25 de noviembre de 1936, Alemania y Japón firmaron el pacto de la cooperación militar anticomunista, conocido como “pacto anti-Comintern”, contra la Internacional Comunista.

Al mismo tiempo, EE.UU., Francia y Bretaña toleraron la anexión de Austria por Alemania en 12 de marzo de 1938, mientras que un año más tarde, el 12 de abril de 1939, Italia conquistó Albania.

El 29 de septiembre de 1938 se firmó el Acuerdo de Munich de incorporación de los Sudetes de Checoslovaquia a Alemania. El Acuerdo fue firmado, por un lado, por Chamberlain y Daladier, primeros ministros de Bretaña y Francia al respecto, y, por otro lado, por Hitler y Mussolini. Chamberlain, de hecho, dijo que el Acuerdo de Munich aseguraba la paz.

El 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia y los acuerdos de ayuda mutua firmados entre Polonia, Bretaña y Francia no se aplicaron. La guerra que habían declarado Bretaña y Francia contra Alemania no se llevó a cabo. Pasó a la historia como una “guerra extraña”.

La Alemania nazi en la punta de la lanza contra la URSS

Ante los esfuerzos persistentes y continuos de la Unión Soviética de firmar una alianza antifascista, EE.UU., Bretaña y Francia mantuvieron una postura negativa mientras que seguían una política a sus expensas.

Era obvio de que los estados capitalistas no-fascistas reforzaban e impulsaban Alemania a atacar lo más rápido posible contra la Unión Soviética. Bajo estas condiciones y con el fin de ganar tiempo, su liderazgo firmó el 23 de agosto de 1939 el “tratado alemán-soviético de no agresión”, conocido como “Pacto Molotov-Ribbentrop”.

Este pacto fue utilizado como pretexto por varios adversarios de la URSS, entre ellos oportunistas, que intentaron tergiversar la realidad con mentiras y distorsiones. Ocultan el hecho de que el “Pacto Molotov-Ribbentrop” se firmó sólo después de que se había firmado el Acuerdo de Munich entre Bretaña, Francia y Alemania y que se habían naufragado todos los esfuerzos anteriores de la Unión Soviética por la paz, así como los esfuerzos para la formación de formar un frente contra Hitler.

Para Polonia en particular, esconden de que 3 meses antes del ataque por los alemanes, la URSS había propuesto que se firmara un pacto de ayuda mutua, en caso de guerra, que el gobierno de Polonia rechazó y no permitió que pasaran las tropas soviéticas de sus territorios, ni siquiera cuando las tropas alemanas invadieron y amenazaban a ocupar todo el país.

Además, esconden el hecho de que las regiones de Polonia, que el Ejército Rojo los quitó en 1939, eran territorios de la URSS que habían sido ocupados por la Polonia reaccionaria de 1918-1921, después de duras luchas con los pueblos revueltos de Rusia. Entonces Polonia aprovechó de la situación “favorable” de la intervención militar imperialista internacional contra la Revolución de Octubre, para ampliar su dominio más hacia el Este.

El “Pacto Molotov-Ribbentrop” aseguró para la URSS 21 meses de paz, que han sido valiosos para su preparación militar ante el ataque alemán inminente. Duró hasta el 22 de junio de 1941, cuando Alemania lo violó. Con el nombre en clave “Barbarroja” invadieron la Unión Soviética, con una máquina militar que el pueblo la veía por primera vez. Hitler, y no sólo él, estaba seguro de que en pocos meses conquistaría la URSS, aplastaría el primer estado socialista y aniquilaría a los comunistas.

Entretanto, cuando Alemania atacó (10 de mayo de 1940) y ocupó Francia sin mucha resistencia el 25 de junio de 1940, mientras había ocupado ya los mayores países de Europa, la táctica de la burguesía inglesa cambió y Churchill sustituyó como primer ministro a Chamberlain (10 de mayo de 1940). A continuación, los EE.UU. declararon la guerra contra Alemania, Japón e Italia, tras el ataque de Japón (7 de diciembre de 1941) contra Pearl Harbor en el Pacífico. Entre otras cosas, en el Oriente Lejano los intereses de los monopolios japoneses estaban en conflicto con los intereses estadounidenses.

Una muestra de los objetivos era que EE.UU. y Bretaña abrieron un segundo frente en Europa contra el “Eje” con el desembarco de Normandía el 6 de junio de 1944, 3 años tras la creación del “pacto antifascista” (12 de julio de 1941) entre ellos y la Unión Soviética. Había precedido la saga del Ejército Rojo en Stalingrado y Kursk, que señaló la gira en la guerra contra el “Eje”, mientras que el 1944 fue el año cuando el Ejército Rojo persiguió las tropas alemanas del territorio de la Unión Soviética y se estaba preparando para liberar a los países ocupados de Europa. Los gobiernos de EE.UU. y de Bretaña temían razonablemente que el Ejército Rojo podía entrar por si mismo en Berlín.

La II Guerra Mundial Imperialista demostró que la confrontación entre capitalismo y socialismo se continuaba sin cesar en el marco de la alianza anti-nazi y anti-Hitler. El imperialismo nunca pierde su objetivo estratégico. Ninguna alianza provisional con un sector del imperialismo por razones militares no debe llevar al debilitamiento del criterio clasista.

El KKE desde el primer momento dio el toque de diana

de la resistencia contra el invasor

 El 28 de octubre de 1940 la Italia fascista declaró la guerra e invadió contra Grecia a través de Albania. La dictadura de Metaxas –Glüksberg expresaba el poder de la burguesía en cooperación con Bretaña con el consenso de los partidos burgueses que dieron voto de confianza y de tolerancia al gobierno de Metaxas. El levantamiento del pueblo y su heroísmo en los campos de batalla en Pindos impidieron temporalmente la invasión.

El KKE desde el primer momento dio un toque de diana de resistencia al invasor, a pesar del hecho de que había sido seriamente atacado por la dictadura de Metaxas, con miles de miembros en las cárceles y el exilio. Con su primera carta, publicada el 2 de noviembre de 1940, el Secretario General del CC del KKE, Nikos Zachariadis, desde la cárcel de la Seguridad del Estado de Atenas donde estaba preso, llamó al pueblo griego a dar todas sus fuerzas en esta lucha, señalando que “el premio para el pueblo trabajador y la culminación de esta lucha actual debe ser y será una nueva Grecia del trabajo, de la libertad, liberada de cada dependencia extranjera imperialista y explotación, con una cultura realmente popular”. A continuación hubo dos cartas más de N.Zachariadis, con las que correctamente caracterizó la guerra como imperialista y llamó al pueblo-ejército a derrocar el gobierno y tomar en sus manos la defensa de las fronteras, con el apoyo de la Unión Soviética. Estas cartas nunca fueron publicadas porque, sin que Zachariadis lo supiera, los informantes las entregaron a manos de la Seguridad del Estado. El “Comité Central Viejo” del KKE había dado desde el primer momento la misma orientación que N.Zachariadis.

Además, los comunistas encarcelados pidieron desde el primer momento su puesta a libertad para luchar en el frente, pero la dictadura de Metaxas se la negó y a continuación les entregó a los ocupantes alemanes.

El 27 de abril de 1941, las tropas alemanas entraron en Atenas y el país se vio bajo la ocupación triple de Alemania, Italia y Bulgaria. Una parte del mundo político burgués optó por la colaboración abierta con los ocupantes. Otra parte se huyó, junto con el Rey, al extranjero (el Cairo, Londres) llevando consigo grandes cantidades de reservas de oro del Estado. Una tercera parte se quedó en Grecia, se abstuvo de la lucha, esperando de manera oportunista a los acontecimientos futuros, mientras que otra parte emprendió una lucha contra la ocupación pero al mismo tiempo colaboraba en su mayoría con los ocupantes para atacar EAM-ELAS y el KKE.

El KKE dio todas sus fuerzas para organizar la resistencia contra el ocupante. Un puñado de comunistas que estaban libres y otros que se escaparon de las cárceles y los exilios, emprendieron la lucha para desarrollar la resistencia en las condiciones difíciles de la ocupación triple, del derrotismo y de la pasividad fomentados entre el pueblo por las fuerzas burguesas. Ha sido el inspirador, el guía, el proveedor de hombres y mujeres para la Resistencia del EAM. En esta lucha perdieron la vida sus mejores militantes. A su iniciativa, después del inicio de la ocupación, se formaron el Frente Obrero Nacional de Liberación (EEAM-16 de julio de 1941) y el 27 de septiembre de 1941 el Frente Nacional de Liberación (EAM). En el EAM y sus organizaciones (ELAS, EPON, Solidaridad Nacional, ETA, OPLA, ELAN) se agrupó la gran mayoría de la clase obrera y de los sectores populares.

El EAM organizó la resistencia popular y salvó al pueblo del hambre. Se crearon los gérmenes del poder popular en las zonas liberadas (gobierno local, justicia popular). Contribuyó al crecimiento de la cultura popular. El 10 de marzo de 1944 se juró el Comité Político de Liberación Nacional (PEEA), el órgano político central de administración de las zonas liberadas.

Organizó las elecciones en condiciones de Ocupación (23 de abril de 1944) de las que surgió el “Consejo Nacional” cuya sede estaba en Korisjades (30 de abril de 1944). En estas elecciones votaron por primera vez las mujeres y los jóvenes mayores de 18 años. Participaron aproximadamente 1.800.000 votantes. Cabe señalar que en las elecciones parlamentarias de 1936 habían participado 1.000.000 votantes, ya que las mujeres no tenían derecho a voto.

Gracias a la actividad del EAM ni un trabajador fue enviado a trabajar en las fábricas de Alemania, excepto los que habían sido detenidos como rehenes por los alemanes. Gracias al EAM ni una persona fue enviada a luchar contra la Unión Soviética mientras que el ELAS detuvo 8-12 divisiones enemigas.

Miles de comunistas y luchadores del EAM dieron su vida. Kesarianí, Kúrnovo, Akronafplía, Kokkiniá, Jaidari, Ai Stratis, el campamento “Pavlos Melás”, son solamente algunos de los muchos lugares de sacrificio.

Es una provocación y profanación de que SYRIZA presente su ascenso al gobierno como la justificación de las luchas del EAM mientras sigue la política de defensa de la burguesía y de su poder, la participación del país en los organismos y las alianzas imperialistas como es la OTAN, la Unión Europea y EE.UU., mientras que todos saben que EAM y ELAS entraron en un conflicto armado con el imperialismo para servir la causa justa del pueblo, no para tener como recompensa los comedores populares.   

Conclusiones de la estrategia del KKE y de la Internacional Comunista

Esta lucha popular de masas no logró llegar hasta la victoria final. El KKE, a pesar de su contribución, no era suficientemente preparado a nivel estratégico y político para plantear la cuestión de la conquista del poder obrero como resultado de la lucha de resistencia y como premio de la lucha popular. No logró crear las condiciones previas de un curso que hubiera podido, al menos en términos del factor subjetivo, llevar a la victoria, al poder obrero.

La lucha contra la guerra y el fascismo-nazismo fue separada de la lucha por el poder obrero.

La coexistencia del contenido clasista de la lucha popular con lo de la liberación nacional, aparte de los demás conflictos políticos y militares con las organizaciones militares del colaboracionismo que de todos modos incluían el elemento clasista, se reafirma también por las confrontaciones armadas del ELAS con las organizaciones anti-Hitler y pro-británicas, como el EDES y la EKKA. A la misma conclusión nos llevan también las confrontaciones continuas con los británicos, la confrontación ideológica y política de los gobiernos griegos burgueses en el Oriente Medio contra PEEA y EAM-ELAS, contra la Organización Militar Antifascista (ASO) en el Oriente Medio.

Especialmente después de la derrota de los alemanes en Stalingrado (2 de febrero de 1943), el pensamiento y la actividad de los británicos, del mundo burgués en Grecia, así como del gobierno colaboracionista bajo I.D. Ralis, enfocaba en el control de los desarrollos después del fin de la guerra y de la ocupación, en la salvaguarda del poder burgués en Grecia, así como frente la clase burguesa dividida y las fuerzas políticas burguesas desacreditadas, se había creado un movimiento popular armado fuerte, dirigido por el KKE. El criterio básico de sus decisiones era profundamente clasista. Apoyaron la formación del EDES y de los Batallones de Seguridad creados por los gobiernos durante la ocupación con el objetivo básico de confrontar el movimiento popular armado del EAM-ELAS. Junto con el gobierno griego, en El Cairo prosiguieron a la represión, en abril de 1944, de la heroica Organización Militar Antifascista (ASO), creada por el Ejército griego en el Oriente Medio, y enviaron a 20 mil antifascistas-luchadores griegos oficiales, soldados y marineros en los campos de concentración. Esta realidad así como la necesidad de la lucha por el poder obrero se expresa mediante la lucha heroica del pueblo en Atenas, el conflicto armado con los británicos y el estado burgués el diciembre de 1944.

Las causas más profundas que no permitieron al KKE tomar las decisiones que promoverían la lucha del movimiento obrero armado hacia la conquista del poder obrero, emanaban de las contradicciones en su estrategia como en la estrategia de la Internacional Comunista. Semanifestaron problemas de unidad ideológica y estratégica a lo largo del curso de la Internacional Comunista respecto el carácter de la revolución, el carácter de la guerra inminente después del auge del fascismo en Alemania y la postura ante la socialdemocracia. La disolución de la Internacional Comunista (mayo de 1943) a pesar de los problemas respecto la unidad e independientemente de si pudiera mantenerse o no, privó al movimiento comunista internacional el centro y la posibilidad de elaborar de manera coordinada la estrategia revolucionaria para la transformación de la lucha contra la guerra imperialista y la ocupación extranjera en una lucha por el poder como una tarea conjunta para todos los partidos comunistas en las condiciones de su país (18º Congreso del KKE).

La estrategia problemática de las etapas durante el período 1941-1944 se basó en la Resolución de la 6 Sesión Plenaria del Comité Central (1934), en las decisiones de la Internacional Comunista (7º Congreso) y del 6º Congreso del KKE en 1935. Esta línea estratégica fue expresada en la 2 Conferencia Nacional (1942) así como en la Declaración Programática “El pueblo en el poder y socialismo”. En esta base el liderazgo del KKE tomó unas decisiones políticas equivocadas como son los Acuerdos de Líbano y de Kazerta que además tenían el elemento de compromiso con las fuerzas burguesas.

En general, en el Occidente capitalista los partidos comunistas no elaboraron una estrategia de transformación de la guerra imperialista o de la lucha por la liberación en lucha por la conquista del poder. La estrategia del movimiento comunista no evaluó que la contradicción capital-trabajo se incluía en el carácter antifascista y de liberación de la lucha armada en una serie de países para poner en el orden del día la cuestión del poder ya que el socialismo y la perspectiva comunista son la única alternativa a la barbarie capitalista.

La guerra creó condiciones de gran agudización de las contradicciones clasistas dentro de muchos países, pero la lucha antifascista llevó al derrocamiento del poder burgués solamente en los países de Europa Central y Este gracias al apoyo decisivo a los movimientos populares por el Ejército Rojo, y en general por la URSS.

El intento de escribir de nuevo la historia de la II Guerra Mundial

Sobre todo después de la victoria de la contrarrevolución en los antiguos países socialistas (1989 - 1991), el intento de escribir de nuevo la historia de la II Guerra Mundial tuvo dimensiones de una campaña coordinada y desenfrenada.

El imperialismo trata de borrar la contribución del movimiento comunista, ocultar los logros del sistema socialista. Tratan de manipular a las generaciones más jóvenes con la propaganda negra y someterlas masivamente a los crímenes contemporáneos. El anticomunismo es la actividad ideológica y política mundial de las fuerzas del capital cuyo fin es levantar barreras para que el pueblo no supere el retroceso al que le llevó la contrarrevolución de 1989-1991.

Los “centros” imperialistas ocultan el hecho de que las guerras injustas emergen del corazón y las venas del sistema capitalista, que no están causadas por algunos maníacos, como presentan a menudo a Hitler y a Musolini. Al contrario, la Unión Soviética al erradicar la explotación del hombre por el hombre, abolió también el incentivo de la división y del nuevo reparto del mundo. Es precisamente por esta razón que la URSS fue el único de los estados participantes que llevaba a cabo una guerra justa.

Ocultan deliberadamente el hecho de que la II Guerra Mundial reanimó las esperanzas de las fuerzas contrarrevolucionarias en la Unión Soviética, que lo consideraron como una gran oportunidad para restaurar el capitalismo y se aliaron con los alemanes.

Ocultan el hecho de que crímenes de lesa humanidad fueron cometidos no sólo por las potencias del “Eje” sino además por los gobiernos de los estados burgueses “democráticos”.

El mayor, masivo y más terrible crimen fue cometido por los EE.UU. cuando, sin que existiera necesidad militar, lanzaron las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki (6 y 9 de agosto de 1945).

De los crímenes más característicos de EE.UU. y de Bretaña fue el bombardeo de Dresde (del 13 al 14 de febrero de 1945) aunque no tenía importancia militar respecto el resultado de la guerra. El bombardeo convirtió la ciudad en un montón de ruinas, mientras perdieron la vida más de 120.000 personas y se destruyó una riqueza cultural de valor incalculable. Pero, las fábricas de Alemania en las que EE.UU. había invertido permanecieron intactas.

Oficiales burgueses fabrican mentiras monstruosas y falsifican

para difamar la URSS

Los “centros” anticomunistas tergiversan completamente la realidad. Llaman a la Resistencia “terrorismo”. Presentan el castigo ejemplar de los que colaboraron con los ocupantes como masacre de civiles. Presentan como causa básica de la creación de organizaciones de tipo de batallones de seguridad y de la cooperación con los ocupantes, la necesidad “de proteger a los inocentes del asalto sangriento desatado contra ellos por los comunistas”.

Los “centros” anticomunistas fabrican mentiras monstruosas y no dudan en utilizar denuncias, calumnias y provocaciones de los nazis para difamar la URSS. Un ejemplo característico es lα llamada “masacre de Katyn”. Órganos y gobiernos de la Unión Europea y de otros países acusan a la URSS a pesar de que la ejecución de los oficiales polacos se hizo, según los descubrimientos, después del otoño de 1941 cuando la región fue ocupada por los nazis. Sin embargo, es conocido que el propio jefe de la propaganda nazi, Goebbels, en su diario reconoció que este crimen fue cometido por los alemanes, que las balas encontradas eran alemanas, y dio instrucciones para que esto quedara oculto y se continuara la campaña de propaganda calumniosa contra la Unión Soviética.

La propaganda imperialista y oportunista incluso llega al punto de sostener que el pueblo de la URSS luchó y resistió debido a la intimidación ejercida por el liderazgo y el Estado. Esto es anticomunismo al extremo de la irracionalidad. La explosión de iniciativa, de heroísmo y sacrificio demostrado por la mayoría del pueblo soviético, solamente podría ser y era el resultado de participación y disciplina consciente. Es inconcebible que se actuaran en condiciones de intimidación los que construían el socialismo, que trasladaron al interior de la Unión Soviética a miles de fábricas y empresas de las regiones occidentales, para continuar la producción. Los que en período de guerra, construyeron desde cero las zonas arruinadas, cuando las tropas alemanas las abandonaron. Cientos de miles de mujeres empezaron a trabajar en las fábricas, sustituyendo en la producción a los hombres que luchaban en el frente. Más de un millón de mujeres en los Koljoses trabajaban como conductoras e ingenieras. Más de 200.000 trabajaban como jefas de talleres y presidentas de koljoses, mientras que un millón participó en las batallas, en el frente y en las divisiones partisanas.

Se producen continua y repetidamente argumentos de propaganda burguesa, con el apoyo firme del oportunismo, respecto el “reparto del mundo”, que supuestamente fue acordado en Yalta (11 de febrero de 1945) entre la URSS y EE.UU. - Bretaña. No calumnian, tal como hacían y siguen haciendo, solamente el liderazgo soviético, el Ejército Rojo y el internacionalismo proletario-socialista, pero además absuelven las intervenciones imperialistas de Bretaña y EE.UU. en Grecia. Al mismo tiempo, incriminan la lucha popular armada de diciembre de 1944 y de los años 1946-1949 porque, a pesar de su derrota, tienen miedo de su legado. La lucha heroica del pueblo de Atenas y el Pireo en diciembre de 1944, tal como la lucha del Ejército Democrático de Grecia (DSE) son hitos y momentos culminantes de la lucha de clases en Grecia.

La Unión Europea, que juega un papel principal en la histeria anticomunista, estableció el 9 de mayo como “Día de Europa”, anulando el “¡Día de la victoria de los pueblos!”. No es casualidad que la expulsión de las tropas alemanas por el Ejército Rojo y la liberación de países de Europa Oriental se caracterizan como ocupación. En Alemania y Austria los desertores del ejército alemán que se huyeron a los adversarios y sobre todo al Ejército Soviético, en esencia se consideran como una “vergüenza nacional”.

La Unión Europea y EE.UU. apoyan el intento de la rehabilitación histórica y la justificación de los fascistas en los países bálticos y Ucrania, quienes durante la II Guerra Mundial se alinearon con los nazis. Les llamaron “luchadores por la democracia” porque lucharon contra el Ejército Rojo y el poder soviético. Aunque son bien conocidos los crímenes fascistas de las “legiones de los SS”, del llamado “Ejército Ucraniano por la Liberación” y de otras organizaciones similares, les presentan a las generaciones más jóvenes como patriotas y demócratas. En los países bálticos la propaganda oficial llegó incluso al punto de presentar los campos de concentración como “centros reformatorios”.

Recientemente, la Unión Europea y los EE.UU. en el marco de su competencia con Rusia, intervinieron abiertamente en los acontecimientos en Ucrania con el fin de derrocar el gobierno burgués electo. No dudaron en apoyar incluso a fuerzas fascistas con el fin de promover sus planes geopolíticos.

El nazismo se puede enfrentar solamente

con el desarrollo de la lucha de clases

En honor del 70 aniversario de la victoria antifascista de los pueblos, el KKE llama a los trabajadores, los jubilados y la juventud en Grecia a condenar y aislar decisivamente el Amanecer Dorado criminal nazi. Es un vehículo de la ideología reaccionaria conocida como nacionalsocialismo, es decir una mezcla de ideas y consignas del socialismo pequeñoburgués utópico con el nacionalismo. Sus ejemplos son Hitler, los regímenes fascistas que masacraron a los pueblos y la humanidad, los batallones de seguridad, la dictadura de 1967-1974. Promueve el anticomunismo vulgar y el odio contra el movimiento obrero y popular. Organiza y lleva a cabo actos criminales a expensas del movimiento, está vinculado con sectores del aparato estatal y sobre todo con las fuerzas de represión y con redes criminales. Le apoyan directamente ciertos sectores del capital.

El asesinato del joven de 34 años, Pavlos Fissas en Keratsini, el ataque contra miembros y cuadros del KKE en Pérama son parte de una serie de decenas de ataques asesinos contra inmigrantes, pequeños comerciantes, autónomos, trabajadores, jóvenes, y revelan el verdadero rostro criminal del Amanecer Dorado.

La aparición del Amanecer Dorado y el crecimiento de su influencia en Grecia se ha producido en condiciones de crisis económica capitalista profunda y prolongada, con la disminución rápida de la influencia de los partidos que durante años han sido los pilares del sistema político burgués en un período en que el movimiento no se ha reagrupado en dirección anticapitalista-antimonopolista. El Amanecer Dorado utilizó una retórica “antimemorándum” vaga, ocultando las verdaderas causas de la crisis y del ataque feroz contra los derechos del pueblo, el papel de la Unión Europea etc. para que su demagogia fascista ganase público y apoyo. Se basó en las consignas conocidas de la “cleptocracia”, los “usureros”, los “políticos ladrones”. Además se acomodó y se cubrió en diversas actividades donde predominaba la lógica de la consigna reaccionaria y desorientadora “fuera los partidos, fuera los sindicatos”. El Amanecer Dorado está siendo reforzado por el anticomunismo y el odio que fomenta el sistema contra las luchas obreras y populares. Sacó beneficios de la promoción de la teoría reaccionaria de los “dos extremos”. De la demagogia y las construcciones ideológicas racistas de los partidos burgueses sobre el asunto de la inmigración, que es resultado de las guerras y las intervenciones imperialistas, del desarrollo desigual y de la internacionalización del mercado capitalista. Es alimentado por la decadencia del sistema burgués, por las directivas de la Unión Europea que equiparan el fascismo con el comunismo y exigen medidas contra el “extremismo” y el “radicalismo”.

El pueblo y el movimiento no deben ser complacientes con las detenciones y los juicios de los cuadros dirigentes del Amanecer Dorado. Nadie debe olvidar que gran parte de los medios de comunicación está promocionando de manera provocativa y está embelleciendo el Amanecer Dorado, así como los intentos de que se utilice en los diversos planes para la reforma del sistema político. El gobierno de coalición de SYRIZA-ANEL ha asumido grandes responsabilidades puesto que cuadros de ambos partidos fomentan una actitud de tolerancia hacia el Amanecer Dorado utilizando diversos procedimientos parlamentarios como pretexto.

El Amanecer Dorado y la actividad nazi no se pueden enfrentar con las teorías sobre arcos “constitucionales”, “parlamentarios”, “democráticos”, supuestamente de un mejor funcionamiento de la democracia burguesa, que proponen de una u otra manera, otras fuerzas políticas como son SYRIZA, PASOK, “To Potami” etc.

Ni el estado burgués reaccionario ni la alianza del movimiento obrero y popular con fuerzas políticas burguesas, pueden o quieren atacar el nazismo de raíz. Sólo el desarrollo de la lucha de clases, cuyo objetivo será poner fin al poder de los monopolios, al sistema capitalista puede enfrentar el nazismo. Sólo la lucha de masas y la decisión del pueblo y de los jóvenes puede deslegitimar y erradicar el Amanecer Dorado de manera masiva y definitiva en el pueblo. 

Es un deber y una necesidad que en las escuelas, en los jóvenes, los profesores, y en la sociedad en general, los científicos y los artistas revelen, luchen y creen anticuerpos contra el veneno del fascismo-nazismo.

La única solución alternativa es el socialismo-comunismo

Setenta años tras el fin de la II Guerra Mundial, las enseñanzas que sacamos de esta refuerzan la posición teórica de que ante la barbarie capitalista la única solución alternativa es el socialismo-comunismo. Es la liberación de la clase obrera de la explotación, el establecimiento de las nuevas relaciones sociales, la propiedad social en los medios de producción, la planificación central, la participación activa de los trabajadores en la organización y dirección de la producción social y de los servicios sociales.

El estudio de la historia de nuestro partido y del movimiento comunista internacional hasta ahora ha mostrado que el mayor problema ha sido la falta de preparación ideológica, política y organizativa de los partidos comunistas para que en condiciones revolucionarias dirijan el levantamiento obrero-popular hacia el derrocamiento del poder capitalista. La experiencia histórica demuestra que la preparación global debería preceder, es decir que se debe lograr en condiciones no revolucionarias. La condición previa para ello es que no se separe la lucha económica y política actual, en condiciones de crecimiento o de retroceso, de la tarea política revolucionaria principal.  Que no se deje de lado el objetivo del poder obrero por el objetivo de un gobierno de transición en el terreno capitalista, en el nombre del empeoramiento de la condición de la clase obrera y de los sectores populares, debido a la crisis económica prolongada, la guerra imperialista, la intimidación abierta hacia el KKE y el movimiento obrero por organizaciones nazi-fascistas, provocaciones, intensificación de la violencia estatal etc.

La crisis económica reciente ha agudizado la competencia y las contradicciones entre los estados capitalistas y las diversas alianzas imperialistas que se ponen cada vez más agresivas contra los pueblos con el fin de reforzar su posición geopolítica, repartir los mercados, controlar los recursos y las rutas de transporte de energía. La agudización de las contradicciones y las intervenciones imperialistas y las guerras en Ucrania, Oriente Medio, África del Norte, los Balcanes etc. están perfilando con mayor intensidad la amenaza de una guerra generalizada en nuestra amplia región.

Las condiciones que alimentan o crean graves riesgos de implicación de nuestro país son: La participación en la OTAN y en las estructuras militares de la Unión Europea, en los planes agresivos y sus intervenciones, el objetivo nacionalista burgués de reforzar el papel geopolítico de Grecia en las campañas imperialistas y la guerra. La competencia constante de las clases burguesas de la región en que se manifiestan las sucesivas provocaciones de Turquía y la denominación de zonas grises en el mar Egeo con la tolerancia y el apoyo de la OTAN-EE.UU. La existencia de muchos “focos” de inflexión en nuestra amplia región, en las que se implica, o puede que se implique, la burguesía de nuestro país de una manera u otra, como demuestra el desarrollo de la cooperación militar con Israel etc.

Respecto una guerra imperialista en la condición compleja que se desarrolla por ejemplo en el Mediterráneo Este, los Balcanes, el Oriente Medio, desde el punto de vista de las contradicciones internas y externas, la postura del KKE expresa la posición clara de que el movimiento obrero y popular no debe quedar atrapado en el marco de los objetivos de la burguesía griega o seguir las diversas opciones posibles, la diferentes posiciones de sectores, partidos e instituciones respecto los dos polos, de guerra imperialista y de paz imperialista.

La lucha por la defensa de las fronteras, de los derechos soberanos de Grecia, desde el punto de vista de la clase obrera y de los sectores populares, es inseparable de la lucha por el derrocamiento del poder del capital. En caso de implicación de Grecia en una guerra imperialista, tanto en defensa como en ataque, el partido dirigirá la organización independiente de la lucha obrera y popular en todas sus formas, para llevar a la derrota total de la burguesía, nacional y extranjera como invasor, y para conectarse prácticamente con la toma del poder.

Los acontecimientos aumentan la necesidad de fortalecimiento del movimiento obrero y popular frente a la intimidación criminal nazi-fascista, así como frente a la integración reformista, oportunista que cancela la posibilidad de un cambio radical de la situación.

La resistencia y la capacidad del KKE como partido que trabaja en todas las condiciones es la condición previa para que se destaquen las virtudes de la clase obrera como la clase que se liberará de la explotación, las crisis y las guerras imperialistas, junto con sus aliados.

Por eso, de cara al 100 aniversario del KKE, el partido ha planteado como meta y busca fortalecer su capacidad en todos los niveles, en cada centro y sector de trabajo, en cada ciudad y pueblo para: Jugar un papel principal en el desarrollo de luchas de demandas sin apartar esta actividad de la agitación y la lucha para la misión histórica de la clase obrera, la abolición de las relaciones sociales de explotación. Conectar cada lucha económica y política y bajo cualquiera correlación con la tarea política principal, la lucha por el poder obrero revolucionario. Rechazar el ataque anticomunista y estar vigilante.

Rendimos honor a la lucha antifascista de los pueblos, nos inspiramos y sacamos enseñanzas de esta.

Seguimos con mayor fuerza y conocimientos.

El KKE, con la sangre de sus mejores militantes, ha demostrado su dedicación a la clase obrera, a la causa justa del pueblo, al socialismo, al internacionalismo proletario.

Seguimos con optimismo y decisión.

Estamos profundamente y científicamente convencidos de que el siglo XXI será el siglo del reavivamiento del movimiento comunista, de nuevas revoluciones socialistas impetuosas y victoriosas. Nuestra época es la época de transición del capitalismo al socialismo.

La correlación de fuerzas negativa no nos desanima, porque sabemos que va a cambiar.

Tenemos confianza en nuestras posiciones que se confirman por los acontecimientos; tenemos confianza en la clase obrera.

El KKE avanza a las confrontaciones que están por delante con más experiencia y mejor preparado.

Seguimos con un solo objetivo: responder a las exigencias actuales, construir la gran alianza popular anticapitalista que combatirá la política antipopular y pondrá un fin a la barbarie del capitalismo, a las guerras, las crisis, la explotación, la pobreza, el desempleo, la represión.

Para que se compensen las luchas y los sacrificios de las generaciones anteriores, para que abra el camino, para que se cumplan los sueños y las necesidades actuales del pueblo y de los jóvenes a través de la victoria obrera y popular, el socialismo-comunismo.

ABRIL DE 2015

EL COMITÉ CENTRAL DEL KKE