Sobre la aprobación de la Reforma Judicial
Los socialdemócratas llegaron al Gobierno en 2018 prometiendo revertir las medidas neoliberales, y sin embargo antes que colocar el debate sobre las grandes afectaciones constitucionales a los artículos 27, 28, 123, 130 y otros -que destruyeron la propiedad ejidal de la tierra, desnacionalizaron las telecomunicaciones, permitieron las privatizaciones del sector estatal de la economía, atentaron contra el carácter laico, científico y gratuito de la educación, eliminaron la separación Iglesia-Estado, etc.-colocaron al iniciar la nueva Legislatura del Congreso de la Unión como prioridad aprobar la llamada Reforma al Poder Judicial propuesta por López Obrador.
El Partido Comunista de México considera lo siguiente respecto a la Reforma Judicial:
- El objetivo del Poder Judicial es aplicar la ley imperante, emanada de la Constitución burguesa de 1917. Es el Poder que por décadas ha girado órdenes de aprehensión contra obreros, campesinos y revolucionarios. Es el Poder que vigila el cumplimiento de las concesiones y convenios de los monopolios que por años han expoliado a los pueblos y comunidades. Es el poder que ha dejado libres a criminales debido a su poder político o económico. Es uno de los aparatos de dominación del Estado, cuyo funcionamiento sirve de pilar para asegurar el sistema de dominación y explotación existente. Su esencia antiobrera y antipopular emana de su carácter de clase, de la defensa del orden burgués, de su tarea para asegurar la apropiación privada de la riqueza socialmente producida.
Aunado a ello, el Poder Judicial se encuentra podrido hasta la médula, como los otros dos poderes (el Ejecutivo y el Legislativo), por la corrupción y el tráfico de influencias. Cualquier trabajador que haya buscado la justicia en ese Poder, se habrá enfrentado a un laberinto burocrático, que la única justicia que conoce se llama dinero. Y aunque individualmente existan elementos honestos en este poder, su acción individual no puede cambiar ni la dinámica corrupta, ni la esencia burguesa del Poder Judicial. No es posible reformar el Poder Judicial ni mejorarlo desde adentro en favor de los explotados, sin antes, transformar las relaciones sociales que lo fundamentan.
- La Reforma Judicial propuesta por el Presidente López Obrador se ha presentado públicamente como una “democratización” del Poder Judicial debido a que se propone el voto popular para los ministros y jueces. Sin embargo, como lo advertimos frente al intento de reforma electoral con las autoridades del INE, se trata de una maniobra política para asegurar el control de otro de los poderes federales, de arrancar la influencia de los demás partidos de la burguesía en el Poder Judicial a favor del bloque en el gobierno. Su primer intento de cooptar el Poder Judicial fue la fallida intentona de ampliar el mandato de Arturo Zaldívar, anterior presidente de la Suprema Corte de Justicia y actual miembro del gabinete de Sheinbaum.
- El gobierno de AMLO y y también la Presidenta electa Sheinbaum, buscan con esta reforma asegurar el control del Poder Judicial, para evitar cualquier traba a sus megaproyectos capitalistas y futuras reformas. Estas fueron bloqueadas en algunos momentos, mediante amparos y acciones de inconstitucionalidad, a veces debido a las pugnas interburguesas, y otras, simplemente por la ineficiencia legal que ha caracterizado a la gestión MORENISTA, cuyas propuestas o acciones rompían el propio marco de la constitución burguesa. Cabe mencionar la falsedad del argumento de que el Poder Judicial fue traba para iniciativas a favor del pueblo, pues ninguna fue presentada por Obrador o su gobierno. No buscó restablecer a los despedidos de Luz y Fuerza del Centro en su trabajo, no impulsó una sola reforma.
- La elección de magistrados y jueces por voto popular no asegura una mayor democratización del Poder Judicial, ni mayor acceso a la justicia. Por ejemplo, para la SCJN la elección se reduce a validar una de las opciones propuestas por los poderes federales, que en la actualidad estarán controlados por MORENA y sus aliados. Además, aunque en papel la reforma impide el financiamiento público o privado de las campañas de los magistrados y jueces, la realidad política mexicana muestra que sólo será papel mojado. Como ocurrió en la pasada elección presidencial, donde millones de pesos no fiscalizados se usaron para posicionar a los candidatos con espectaculares, desplegados, etc. Para nadie es un secreto que el dinero de los empresarios, incluido los del giro de las drogas, fluyen a caudales en cada elección mexicana para inclinar la balanza.
- Aunado a esto, la Reforma Judicial incluye serios elementos reaccionarios. En primer lugar, implementa la medida de los “jueces sin rostro” para casos de “delincuencia organizada”, en la que el Estado mexicano siempre ha sabido incluir la protesta popular, como se ha hecho contra el magisterio, contra el zapatismo o contra el movimiento campesino. Esta medida es uno de los sueños no cumplidos del Calderonismo, y que han implementado en otros países gobiernos abiertamente reaccionarios como la dictadura de Fujimori en Perú. Además, se mutila el derecho de amparo impidiendo la generalización de sus resoluciones, convirtiéndolo de facto en un derecho exclusivo para quien pueda pagar un abogado por largo tiempo. La Reforma también atenta contra algunos derechos laborales de los trabajadores del poder judicial, incluyendo la estabilidad laboral.
- El proceso de aprobación de la Reforma ha mostrado el nivel de descomposición y podredumbre que caracteriza a la socialdemocracia mexicana y al conjunto de la política de la clase dominante. Los mismos legisladores que desecharon la reforma por la reducción de la jornada laboral, aduciendo la necesidad de más estudio y debate público, han pasado la aplanadora en ambas cámaras, y en varios congresos locales, para aprobar la reforma en tiempo récord. Para ello han recurrido a la compra y chantaje de otros legisladores, en vivo y en cadena nacional, con un cinismo tal que harían sonrojar al siniestro Gutiérrez Barrios. Sin un mínimo de vergüenza, MORENA convirtió a sus antiguos “adversarios” como a Murat, Eruviel Ávila y la familia Yunes, en sus nuevos héroes. Quedará grabada en la memoria de nuestra clase, la ovación de los senadores de MORENA al pederasta y corrupto Miguel Ángel Yunes Linares, una escena aún más vomitiva que la “Roque-señal” priista. Reiteramos lo que es obvio, el corruptor, el responsable directo del lodazal en el desaseado proceso legislativo es el propio Presidente López Obrador, y no puede eludir la responsabilidad o adjudicarla a subordinados en MORENA, partido que no mueve un dedo sin su aprobación.
- Frente a esta reforma consumada estrictamente para fortalecer a la burguesía, hacemos un llamado a nuestra clase, los trabajadores, para evitar la falsa disyuntiva entre apoyar u oponerse a la Reforma Judicial, entre creer que significa el “fin de la república” o la “democratización” del Poder Judicial. Frente a la Reforma Judicial morenista, que busca cooptar un nuevo poder bajo control de la Presidencia, nuestra clase debe redoblar su lucha por una verdadera justicia, la justicia por los cientos de miles de desparecidos en México, incluyendo a los 43 normalistas rurales de Ayotzinapa, la justicia para los presos políticos y los detenidos injustamente, la justicia para los millones de trabajadores que sufren la violencia constante del capital. Luchemos por una verdadera justicia, que sólo puede venir de un nuevo Poder, el Poder Obrero y Popular.
¡Proletarios de todos los países, uníos!
El Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de México