En ocasión del bicentenario del natalicio de Friedrich Engels
I
Hace 200 años nacía en la ciudad de Barmen, Alemania, Friedrich Engels. La labor realizada por Engels en conjunto con Marx para la clase obrera fue resumida en pocas palabras por Lenin de la siguiente manera: "le enseñaron a conocerse y a tomar conciencia de sí misma, y sustituyeron las quimeras por la ciencia".
Y es justamente en primer lugar que deseamos valorar la vida de este hombre diciendo que; sin exagerar, la entregó por completo a la causa de la clase obrera. A partir de los 22 años haciendo uso de la observación, del estudio crítico y minucioso de informes y estadística, de la relación con el movimiento obrero, zambulléndose en la vida de la clase obrera empezó a producir para ella ideas, a sintetizar su experiencia, a producir artículos. Destaca con gran relevancia su obra La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra, que redacta a los 25 años. De esta obra cautivadora y vibrante, que contiene variadísimas aristas consideramos que dos de sus tesis son fundamentales, en tanto que anteceden y señalan aspectos cruciales del ulterior desarrollo de las futuras elaboraciones de Marx y Engels: El papel del movimiento obrero y el lugar histórico del capitalismo.
Donde otros socialistas veían un elemento de la sociedad vejado y dolido al que había que reconciliar con su antagonista mediante la prédica moral, Engels veía el fundamento y la base real de todo el pensamiento socialista mismo; que es más bien su producto y reflejo. Consideró que el socialismo solo sería una fuerza real que dejaría atrás las disquisiciones utópicas de donde primeramente se manifestaba cuando se convirtiera en el objetivo político del movimiento obrero. Así mismo la clase obrera no podía quedarse estática, todo el desarrollo de la producción y el empeoramiento de su explotación debían presentarle en formas recurrentes y cada vez más agudas la cuestión de la salida socialista, es decir su situación social constantemente le crearía las condiciones para avanzar hacia adelante.
Reforzando la senda intelectual que seguirían en adelante ambos maestros del proletariado, tal como Marx en La Gaceta Renana se ve obligado a analizar cuestiones económicas sin las cuales sería inexplicables los fenómenos políticos y sociales, La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra busca no en las deficiencias individuales la explicación de la situación social que éstos individuos ocupan sino que halla la causa en el funcionamiento del sistema económico mismo. Son las relaciones sociales de producción el punto de máxima concreción de todas las determinaciones, es el sistema económico el que coloca al obrero en una relación donde él solo es el "trabajo" y el patrono el "capital". El desarrollo de esta relación económica parte de y exacerba la escisión de la sociedad en clases antagonistas, opuestas por ser poseedora y desposeída, explotadora y explotada, etc., y es este antagonismo irresoluble llevado a grados más altos el que aviva la conciencia del carácter necesario de la revolución socialista. El papel del capitalismo es pues desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad hasta el punto donde los capitalistas y el capital mismo se vuelven superfluos y parasitarios, donde choca irremisiblemente con la base necesaria de su existencia como capital que es el trabajo, y éste elemento necesario adquiere la conciencia y la posibilidad de emanciparse del elemento superfluo que lo atenaza.
Estas tempranas definiciones serían permanentes en la obra de Marx y Engels. Dos años después de La Situación de la Clase Obrera en Inglaterra Engels plantearía a la pregunta de ¿Qué es el comunismo? la siguiente respuesta: El comunismo es la doctrina de las condiciones de la liberación del proletariado. Por si quedaran dudas, en el prólogo escrito medio siglo posterior a la primera edición, Engels ratificaría las conclusiones básicas de las cuales partieron los posteriores estudios que dotarían a la clase obrera de elementos científicos para comprender su situación y su papel histórico.
II
Consideramos que a 200 años del nacimiento de Engels es necesario quitar de encima el polvo de los últimos 60 años, en los que la intelectualidad burguesa ha tratado de tergiversar a Engels, a disociarlo de Marx, para posteriormente disociar a Marx de sí mismo, etc.
Los ataques de los pensadores burgueses contra las aportaciones del marxismo-leninismo, tienen su origen en la separación teórica y práctica de K. Marx y F. Engels. Los llamados “marxismos” son en realidad anticomunistas, antibolcheviques, antisoviéticos y por ende, anti Engels y anti Marx. Uno de sus ataques principales ha sido a la expresión del materialismo dialectico para separar el corpus teórico y práctico indisoluble de Marx y Engels. Según los pensadores del “marxismo occidental” el materialismo dialéctico, fue un término que fue una expresión utilizada por Kautsky y Plejanov derivada de una interpretación de las obras firmadas por Engels como Dialéctica de la naturaleza o el Anti-Düring. Los llamados pensadores del “marxismo no dogmático”, marxólogos y academicistas, han repetido una y otra vez los ataques anti partido comunista y los ataques a Engels, con la intención de demeritar sus aportaciones a la doctrina del comunismo científico. Su empeño por querer demostrar que el materialismo dialéctico es algo “postizo” al materialismo histórico de Marx. Entre sus “críticas” a Engels, son su visión de “dialéctica hegeliana”, “dialéctica objetiva o de la naturaleza”, su “mecanicismo”, su “positivismo científico”, entre otros prejuicios ideológicos.
Los detractores de Engels reducen la dialéctica de la naturaleza de Engels una aplicación a priori de la dialéctica idealista de Hegel y a una concepción naturalista llana del marxismo. Los intentos de la ideología burguesa de negar los procesos y las formas complejas del movimiento de las más simples a las más complejas, de las formas cuantitativas a las formas cualitativas. Las tentativas de separar la ciencia de la historia, el pensamiento de la naturaleza, el pensamiento derivado de la materia, de la naturaleza sin los hombres. Ello se vuelve en la negación de las leyes generales del movimiento, no sólo histórico sino también de las ciencias naturales. Sin embargo fue precisamente el descubrimiento de las ciencias naturales, el desarrollo de la química, lo que dio término y superación a las categorías fijas de la metafísica inmutable que provenían de extrapolar la ciencia mecanicista.
Un elemento esencial para entender la aportación de la dialéctica de la naturaleza es el descubrimiento y aplicación de la categoría de movimiento como atributo de la materia que abarca los cambios y procesos tanto del universo como del pensamiento humano. Una separación de las leyes históricas, las cuales operan con independencia de la voluntad de los hombres y la inexistencia de las leyes de la naturaleza. Pero fue la aplicación de la dialéctica materialista de Engels la que señaló la trayectoria histórica de las ciencias naturales que inició con el descubrimiento del movimiento mecánico de los cuerpos celestes hasta los complejos movimiento de átomos y moléculas de la física y la química. Descubrimientos, resultados históricos de haber alcanzado un alto grado de desarrollo de estas ramas de la ciencia, dice Engels. La dialéctica de la naturaleza que describe Engels es el reflejo y la forma más cabal de las modernas ciencias naturales, el método para explicar los procesos de desarrollo de la naturaleza, la comprensión de sus rasgos generales, sus nexos entre los campos de investigación de las ciencias. “El error reside en que estas leyes son impuestas, como leyes del pensamiento, a la naturaleza y a la historia, en vez de derivadas de ellas”, dice Engels en su obra Dialéctica de la naturaleza.
Los intentos de tergiversar sus posiciones han sido la constante en los círculos del pensamiento reaccionario, eliminando el carácter revolucionario, transformador y dialéctico materialista de las ciencias. Fue precisamente Engels quien señala que “conviene ante todo, puntualizar que no tratamos ni remotamente de defender el punto de vista del que arranca Hegel, el de que el espíritu, el pensamiento, la idea es lo primario y el mundo real un simple reflejo de la idea. Este punto de vista fue abandonado ya por Feuerbach. Hoy, todos estamos de acuerdo en que la ciencia, cualquiera que sea, natural o histórica, tiene necesariamente que partir de los hechos dados y, por tanto, tratándose de las ciencias naturales, de las diversas formas objetivas del movimiento de la materia”, dice Engels en su Dialéctica de la naturaleza. Es decir, que en las ciencias naturales no vale inventarse construir concatenaciones para imponérselas a la realidad, sino descubrirlas y demostrarlas con base a la experiencia histórica. Engels lo señaló desde un principio “las leyes de la dialéctica se abstraen, por tanto, de la historia de la naturaleza y por tanto de la historia de la sociedad humana”. Como vemos, la pretensión de oponer intelectualmente a Engels y Marx partiendo de que la concepción materialista dialéctica de la naturaleza, del universo, etc., es incompatible con la concepción materialista de la historia no tiene asidero.
La pretensión por otro lado de oponer la elaboración de Engels con la de Marx solo pudiera ser fruto de la ignorancia o de la omisión interesada. Si bien Engels, de manera muy modesta, se definió a sí mismo como "un segundo violín", en realidad en varias ocasiones escribió él las partituras. Da fe de ello La Situación de la Clase obrera en Inglaterra; que en varios sentidos antecede El Capital, la temprana lectura de Adam Smith realizada por Engels en 1843 para los Anales Franco-Alemanes, el bien conocido hecho de que el Manifiesto del Partido Comunista fuese redactado a cuatro manos, la correspondencia sostenida entre ambos durante la redacción del Anti-Dühring, la publicación de los Tomos II y III de El Capital realizada bajo Engels gracias a la plena compenetración de la obra intelectual conjunta, y en general toda la correspondencia que nos habla de obras que llevaban indistintamente a veces la firma de Marx y a veces la de Engels independientemente de su elaboración y consulta permanente como dupla.
Nosotros concluimos que se trató de dos grandes genios que se complementaron y que ésta colaboración fue muy afortunada porque ello facilitó dotar a la clase obrera de su concepción.
III
Ello no implica que Engels no desarrollara de manera particular concepciones, reconocidas e integradas al acervo teórico del socialismo científico. Es Engels quien desarrolla profundamente el análisis sobre la cuestión del Estado, quien primeramente contribuye a esclarecer la cuestión de la emancipación de la mujer, etc.
La colaboración de El Moro y El General permitía no solo la elaboración a cuatro manos sino también implicaba que se desarrollara una división de tareas y una cierta especialización de temas. En esta relativa especialización Engels aborda temas como la ciencia, la antropología, el papel de la dialéctica, es quien lleva un seguimiento puntual al desarrollo de las fuerzas productivas en su época, quien emprende los primeros pasos de una concepción sobre la ciencia militar para la clase obrera, etc.
IV
El valor de las contribuciones de Engels no se circunscribe solo a sus aportaciones teóricas, y es necesario destacar también su papel práctico. Siempre vinculado a la práctica concreta, muy consecuentemente mantuvo la unidad del pensamiento y la acción. Tal consecuencia le llevó tanto al papel de orientador de los grandes movimientos obreros de su época así como a asumir una intervención directa en la revolución en Alemania y Europa en 1848.
Engels fue, al igual que Marx, un hombre de Partido. Una vez que como resultado de su contacto con el proletariado inglés, las investigaciones sobre su situación, llegó a la conclusión de su rol como sepulturero del capital, Engels se vinculó de inmediato a la tarea por su organización y su objetivo estratégico e histórico. Junto con Marx, forjó la cosmovisión del proletariado, el punto de vista de clase ante el pasado, el presente y el porvenir de la humanidad, la concepción materialista de la historia.
Marx y Engels entendieron la importancia de tener una correspondencia entre interpretar el mundo y luchar por transformarlo, y tomaron partido, iniciando la militancia política, primero en los Comités de Correspondencia Comunista, después en la Liga de los Justicieros, que contribuyen a transformar en la Liga de los Comunistas, la Unión de los Trabajadores Alemanes, la Asociación Internacional de los Trabajadores y la II Internacional.
Marx y Engels son los redactores del programa de los comunistas, el Manifiesto del Partido Comunista de 1848, que orienta el camino de los proletarios desde entonces, y con gran vigencia en nuestros días, para derrocar al capitalismo y llevar a triunfo la revolución comunista. Toda su labor ideológica, su actividad periodística tuvo ese fin. Fueron hombres de Partido, y no hubo momento de su vida, desde su temprana juventud que no estuviera asociado a la causa de la emancipación proletaria, de la Revolución socialista.
Su labor teórica, la polémica con otras corrientes –pequeñoburguesas, anarquistas, oportunistas- siempre tuvo por fin contribuir a esclarecer el rumbo del Partido, nunca fue literatura para los nichos académicos, para el debate de círculos intelectuales, era letra para la intervención política en la lucha de clases, para fundir al movimiento obrero con el socialismo científico.
Vale la pena hacer énfasis, derivado de lo anterior, en que el marxismo se mantuvo como defensor de la independencia de la clase obrera frente a otras clases y destacamentos. Los últimos Capítulos del Manifiesto del Partido Comunista deben esclarecerse en el sentido de esta independencia de Clase. El Capítulo III sirve para distinguir al socialismo científico de otras corrientes que reclaman nominalmente la definición de socialista. Otros "socialismos" se han agregado hoy al socialismo feudal, socialismo pequeñoburgués, "verdadero" socialismo, socialismo burgués, socialismo o comunismo crítico-utópico, y siguen distinguiéndose del Partido del Socialismo científico no solo por su concepción pretendidamente "novísima" sino así mismo por su base socio-clasista donde sigue buscando otro sujeto revolucionario que no parta de la contradicción básica capital-trabajo. El Capítulo IV leído a la luz del momento histórico en el cual fue escrito y con las consideraciones de los propios autores no deja lugar a la inexactitud: "Pero todo esto sin dejar un solo instante de laborar entre los obreros, hasta afirmar en ellos con la mayor claridad posible la conciencia del antagonismo hostil que separa a la burguesía del proletariado, para que, llegado el momento, los obreros alemanes se encuentren preparados para volverse contra la burguesía, como otras tantas armas, esas mismas condiciones políticas y sociales que la burguesía, una vez que triunfe, no tendrá más remedio que implantar; para que en el instante mismo en que sean derrocadas las clases reaccionarias comience, automáticamente, la lucha contra la burguesía."
Engels y Marx, fueron militantes y cuadros del partido comunista, cumplieron tareas, contribuyeron al rumbo y combatieron cuando este salía de su cauce como en Gotha o Erfurt. Y desde el partido comunista fuero a la acción revolucionaria como en 1848. Engels asumió de común acuerdo con Marx; una vez que fue evidente el grado de influencia que nocivamente ejercía, la tarea de polemizar resueltamente y a través de cada uno de sus tomos con Dühring, que pretendía desnaturalizar al Partido.
Después de la muerte de Marx, la labor de Engels se redobló, para culminar la redacción de los tomos II y III de Das Kapital, dar de los manuscritos de Marx sobre Morgan el surgimiento de una de las obras fundamentales del marxismo que es El Origen de la familia, la propiedad privada y el Estado, para organizar la publicación y reedición de materiales que sirvieran a la acción política de los trabajadores del mundo.
Engels junto con Marx en la I Internacional, así como por su cuenta en la II Internacional, destacó como organizador del Partido Mundial de la Clase Obrera. En su obra tardía ocupa un gran volumen la correspondencia que afluía entre él y la dirigencia del movimiento obrero de varios continentes que le consultaban sobre los más acuciantes temas que enfrentaban.
V
La Clase Obrera a través de estos dos siglos desde que naciera Engels ha sumado una larga experiencia, tanto de clase vejada como clase en el poder, como clase triunfante y como clase derrotada, de lucha multifacética por todo el globo terráqueo a través de al menos una decena de generaciones. El capitalismo en este tiempo no ha invalidado las concepciones científicas de Marx y Engels, pues el socialismo científico deriva de la realidad que el capitalismo no ha abolido ni abolirá su antagonismo básico capital-trabajo, ni ha podido ni podrá prescindir de la clase de los proletarios, ni ha salvado ni podrá salvar sus crisis, ni ha evitado ni podrá evitar todos los efectos catastróficos de sus agravadas contradicciones. La realidad no ha invalidado las concepciones científicas de Engels, en tanto la realidad no se ha detenido en su curso dialéctico, cada nuevo descubrimiento de la ciencia ratifica el movimiento general de la materia, no hemos entrado pues al reino de lo inmutable.
A 175 años de la redacción de La situación de la clase obrera en Inglaterra, resuenan las preocupaciones y la indignación de Engels que llamó un Crimen Social las condiciones de vida inseguras e insalubres a las que era sometida la clase obrera derivada de su posición. La profunda crisis económica actual y la pandemia ponen en la orden del día ésta misma situación frente a las necesidades contemporáneas de la clase obrera de nuestro siglo. Es su situación la que le condena a ser tributo humano en el altar de las ganancias capitalistas, a ser moneda de cambio de las disputas inter-imperialistas, a sufrir en todo caso el confinamiento de clase para cargar sobre sus hombros con la desesperación de morir lentamente por hambre los costos sociales de que el capitalismo sobreviva a la pandemia y la crisis.
El socialismo elevado a ciencia que nos legaron Marx y Engels sigue disponible, vigente; aún desconocido en su mayor parte para la mayor porción de nuestra clase, como una guía para que sintetice su experiencia y emprenda la contraofensiva, para que partiendo de su realidad, de su situación, se eleve por encima de ésta y diga "yo soy", y haga nacer el Mundo nuevo.
El ejemplo de Engels sigue llamándonos a emular la unidad de la teoría y la práctica, así como no hay idea sin materia, no hay comunismo sin unir la concepción más avanzada de la historia con el movimiento proletario realmente existente al cual se debe, no hay comunista sin Partido Comunista. Que estas breves consideraciones a 200 años del nacimiento de Engels sean más que una reafirmación del carácter militante que debemos redoblar en estos tiempos.
El marxismo-leninismo es de plena vigencia.
¡Proletarios de todos los países, uníos!
El Comité Central del Partido Comunista de México