Syriza una estafa a los trabajadores de Grecia, que busca venderse internacionalmente

Sección Internacional del PCM

En las recientes elecciones que tuvieron lugar en Grecia triunfó Syriza y ello despierta expectativas que es necesario aclarar.

Lo que se difunde es que Syriza y el primer ministro Tsipras representan a la izquierda radical y que un giro anticapitalista se encuentra en curso, sin embargo ello está muy lejos de la verdad, y por el contrario se está desarrollando una gestión gubernamental que favorece los intereses del capital, los intereses de los monopolios.

Desde hace varios años venimos señalando la importancia que adquiere Grecia, donde la lucha de clases se intensifica. Atestiguamos decenas de huelgas generales de 24 y 48 horas, exitosas por la mayoritaria participación de la clase obrera que logró paralizar la producción, los puertos, aeropuertos, transportación terrestre. En todos los centros de trabajo se envolvió a los proletarios en la confrontación con el capital, con una línea y orientación clasista con la vital organización y conducción del Frente Militante de los Trabajadores (PAME). En todas las épicas luchas de la clase obrera, en los últimos 8 años, el centro político de la confrontación con el capital y los monopolios es el Partido Comunista de Grecia-KKE.

El antagonismo clasista es muy claro en Grecia, país en el que la crisis de sobreproducción y sobreacumulación marca el ritmo de la lucha de clases y donde el poder burgués, las políticas del imperialismo centran la batalla para estabilizarse y mantener la rentabilidad de los monopolios y asegurar la dominación de clase. En Grecia, sin exagerar, se está gestando la posibilidad de romper nuevamente la cadena del imperialismo y continuar por la ruta abierta por la Gran Revolución Socialista de Octubre, y es por ello que la Unión Europea, en particular, y el imperialismo, en general, buscan colocar una gestión que pareciendo de izquierda y alternativa, en realidad continúe con las políticas de choque antiobreras y antipopulares logrando con ilusiones la desmovilización obrera y popular y atenuar el conflicto socioclasista.

Como sabemos la socialdemocracia tiene esa función de contener las movilizaciones, disgregarlas y asegurar que la dominación clasista de la burguesía y la explotación capitalista continúen. Hoy una nueva socialdemocracia cumple ese papel, lo mismo en Brasil y los llamados países progresistas de América Latina que en Grecia con Syriza, se proyecta en España con PODEMOS y en México con MORENA.

Syriza es un amasijo variopinto de oportunistas que pretendieron liquidar al KKE, de maoístas, trotskistas, altermundialistas, socialdemócratas, neonarquistas, que tienen en común un papel anticomunista y de crítica feroz a la construcción socialista del siglo XX. Su programa es la gestión keynesiana del capitalismo, pero sin alterar la participación en la Unión Europea y en la OTAN. Es muy claro su rol de golpear, frenar, atenuar al Partido Comunista de Grecia como opción revolucionaria y salida real para la clase obrera y el pueblo de Grecia.

Syriza se hermana al Partido de la izquierda Europea, que en conjunto con el Foro de Sao Paulo, son los centros internacionales del oportunismo, y reciben el respaldo de partidos que aunque conservan la denominación comunista se encuentran en abierta mutación al campo de la socialdemocracia y en procesos de liquidación. La opinión pública, es decir la prensa controlada ideológicamente por los monopolios es la que divulga que Syriza es la izquierda. Ya varias veces desde el PCM sostenemos que izquierda es un concepto que hoy no expresa absolutamente las posiciones revolucionarias y que si es fuente de confusión pues mete de contrabando ante el pueblo y los trabajadores opciones procapitalistas como si fueran alternativas anticapitalistas.

Los gritos de unidad, de realismo, son lanzados contra quienes luchamos por lo único real y posible de inscribir hoy en el programa proletario, frente a los límites históricos del capitalismo, que es la necesidad del derrocamiento del poder de los monopolios para instalar el poder obrero y popular. Se nos acusa de sectarios por no apoyar políticas de choque contra la clase obrera, por no plegar nuestras banderas a opciones descaradamente procapitalistas a pesar de su fraseología populista. Sin embargo el tiempo trabaja a favor nuestro, y la firme política del Partido Comunista de Grecia abre la perspectiva de una salida revolucionaria a la bancarrota de la gestión de la nueva socialdemocracia.

Tenemos un deber de desenmascarar a Syriza y sus pares en el Mundo, como es el caso de MORENA en nuestro país y de hacer la crítica abierta a quienes quieran presentar tal estafa como alternativa.