Sobre los acontecimientos en el Politécnico

Efectos de la reforma laboral y educativa, políticas para desvalorizar el trabajo lesivas a los jóvenes y estudiantes.

Después de las masacres de 1968 y 1971 la ideología de la clase dominante procuró sembrar entre los estudiantes de las carreras técnicas la pasividad, cooptando y transformando en porriles a instrumentos como la FNET, de pasado combativo.

Trataron de impedir la activa participación de los politécnicos en la lucha estudiantil y popular, demostrada en la huelga del internado del IPN de 1956, y en la desbordante entrega en los movimientos de 1968 y de 1971. Se sembró la asepsia desideologizante buscando desarraigar el compromiso del estudiante, aislarlo de la lucha social, con la vulgar e ilusa concepción de la superación personal.

Pero el mundo ideal y las proyecciones de ese pensamiento pequeñoburgués no pueden prolongarse más allá de los propios desarrollos en la economía y la lucha de clases. Si por algunas décadas el proceso de concentración y centralización del capital permitía que las capas medias tuvieran un ascendente nivel de vida, llegado un momento de estallamiento de la crisis económica internacional del capitalismo, se impone la tendencia a la proletarización, y las que se tenían por sacrosantas profesiones pierden su valor, son despojadas de su aureola las profesiones que se tenían por venerables.

Es entonces cuando años de insatisfacción, de malestar, irrumpen transformados en rebeldía, en protesta. Y el pretexto puede ser cualquiera, como fue en este caso el Plan de Estudios que se quiere imponer a la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura que detonó la lucha contra el nuevo Reglamento General aprobado por el Consejo General Consultivo del IPN. Ahora la mayoría de las escuelas se han sumado al paro, y destaca la fuerza nueva, dinámica y entusiasta de los estudiantes de los CECyT (vocacionales). En esta lucha ascendente en breve todo el IPN estará en paro general.

Estas disposiciones contra las que justamente se oponen los estudiantes se corresponden con las lesivas políticas que implementó el poder de los monopolios para gestionar la crisis económica –medidas similares a las que se aplican en el mundo – y que se basan en la desvalorización del trabajo para garantizar la rentabilidad del capital.

Todos los partidos políticos electorales representados en el Congreso de la Unión se agruparon para aprobar el paquete de reformas que presentó Peña Nieto y ahora vemos las consecuencias, pues en ellas hay un hilo conductor, tanto en la reforma laboral, educativa, fiscal: cargar los costos de la crisis sobre las espaldas de los trabajadores y sus familias, y por supuesto de la juventud proletaria.

El Reglamento General del IPN se orienta en esa dirección: mano de obra barata, cualificada y en peores condiciones de contratación. Así se desnuda a los ojos de los estudiantes cuál es su rol en esta sociedad, a contrasentido de la ilusión que les quieren hacer creer: asalariados en lugar de profesionistas triunfadores.

No hay que perder de vista que sea como ingenieros o técnicos serán arrojados al mercado laboral en condiciones desfavorables, sin contratación colectiva, sin seguridad social, sin la certidumbre del empleo permanente, sin jubilación ni pensión, sin derecho ninguno, a la suerte total de la ley que el capital imponga.

Con la fuerza de su movimiento los estudiantes politécnicos están haciendo que la Directora del IPN, Yoloxóchitl Bustamante, declare –tragándose sus anteriores palabras cargadas de arrogancia y desdén- que pospondrá la ejecución del Reglamento, pero trasluce que ese paso atrás solo es temporal, en busca de encontrar un mejor momento para imponerlo. Por ello llamamos a los estudiantes a proseguir la lucha hasta derrotar totalmente esa medida.

Las autoridades politécnicas buscan vacunar al estudiante, criminalizando a “fuerzas externas” que pretenden la manipulación del movimiento estudiantil. De nuevo la cantaleta de aislar a los estudiantes. No debemos permitir eso. Esta es una lucha política y ambos campos en lucha deben saberlo. Las autoridades del IPN representan al poder de los monopolios, al Estado burgués, a la gestión de Peña Nieto. Evidentemente que los estudiantes en primer lugar deben procurar su unidad, de todas las escuelas del IPN, en los CECyT, etc ¿Pero acaso estas medidas no serán implementadas contra los de la UNAM, UAM, UACM, Normales, Universidades estatales, Institutos Tecnológicos? ¿No hemos aprendido ya lo suficiente de que el capital busca enfrentarnos divididos? Ayer al magisterio, antes a los del SME, a los de la UNAM y un largo etcétera.

Si los estudiantes del IPN deciden no tragarse las mentiras y mantener el paro hasta derrotar el Reglamento, llamamos a los distintos centros educativos de la Ciudad de México y del país a sumarse al paro enarbolando sus banderas y a construir una unidad duradera para reconstruir lo que el gobierno quiso liquidar en 1968: un movimiento estudiantil organizado en una central, federación o la forma que así decidan.

Un primer paso debe ser que el próximo 2 de Octubre todo el movimiento estudiantil se solidarice con los estudiantes del IPN.

Es un deber señalar que esta lucha, que puede y debe terminar en la victoria, en realidad no es sino una simple escaramuza, porque la ofensiva del capital contra el trabajo es diversificada y abarca múltiples aspectos, pero que si queremos una vida mejor, entonces deben los estudiantes organizarse con los trabajadores, con la clase obrera, con los explotados y oprimidos para luchar por una nueva sociedad que derroque al capitalismo.

El PCM apoyará esta lucha, y respaldará las iniciativas de los estudiantes del IPN que están organizados en la Federación de Jóvenes Comunistas. Los comunistas tenemos ese derecho, porque contribuimos a forjar el IPN, y tan solo recordamos el ejemplo del maestro Alvar Noé Barra Zenil, destacado fundador de la ESFM que nunca negó su militancia comunista.

Respaldamos por ser justa la lucha contra el Reglamento Interno, contra los planes de estudios ajustados a la Reforma Educativa, la lucha por lograr la autonomía del IPN y el clamor creciente por la destitución de Yoloxóchitl Bustamante, icono del autoritarismo y la venalidad y que hoy presenta su renuncia, que sin embargo no debe bastar para levantar el movimiento, que no debe cesar hasta cancelar la aplicación del Reglamento y planes de estudios funcionales a las medidas de desvalorización del trabajo.

Adelante jóvenes del IPN, por sus derechos.

Adelante jóvenes del IPN al paro general. Adelante estudiantes de México, al paro y la movilización en apoyo al IPN y en solidaridad con los estudiantes de Ayotzinapa.

Adelante jóvenes y estudiantes, porque en la esencia de esta lucha en el Politécnico y en Ayotzinapa hay un grito de combate que nutre el torrente de la lucha de clases en México: ¡No queremos ser esclavos del capital! ¡No queremos una vida de hambre y miseria como nuestros padres! Y el futuro será mejor si luchamos los obreros y estudiantes en rumbo del fin de la explotación capitalista.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

Buró Político del Comité Central