8marzo2021 PCM

Por los derechos y la emancipación de la mujer trabajadora

A un año del inicio de la pandemia del Covid-19, las millonarias cifras de muertes y contagios dan cuenta de los golpes sufridos por la clase obrera, por todos los trabajadores de México y el Mundo, pero aún más en el caso de la mujer trabajadora.

Las mujeres y hombres de la clase obrera, en todos los países, a pesar del continuo aumento del contagio han mantenido en funcionamiento los servicios esenciales y todo el engranaje del mundo del trabajo, cuya marcha  no se detiene porque el capital no puede perder ni un centavo de ganancias, no importando que sea a costa de cientos de miles o millones de vidas. Han sido mujeres y hombres trabajadores los que han mantenido el funcionamiento de los servicios médicos, pese a que el sistema de salud pública fue quebrantado por las privatizaciones y la falta de inversión, pese a los malos salarios y a la falta de insumos.

 

El capitalismo, y todos los gobiernos que le sirven, privilegiaron las ganancias, protegiendo cuidadosamente los intereses de los monopolios; mientras corean demagógicos discursos sobre los “trabajadores esenciales”, cometen toda clase de abusos laborales contra la clase obrera en general, como disminución de salarios, descansos forzosos sin goce de sueldo, no pago de utilidades y aguinaldos; trabajo en condiciones de riesgo, despidos sin liquidación.

 Así es también en México, donde el gobierno de López Obrador, al igual que los anteriores del PRI o PAN, representa los intereses de la clase de los capitalistas, y su gran prioridad fueron los empresarios a los que sirve, como Carlos Slim o Salinas Pliego. Para este gobierno la vida de la clase obrera, de la mujer trabajadora, es sacrificable, pues no se destinó ningún recurso a garantizar que los trabajadores y trabajadoras pudiéramos quedarnos en casa, y su desastroso manejo de la crisis sanitaria ha costado ya más de doscientos mil vidas. Cada día tuvimos que elegir entre morir de hambre por no trabajar, o la posibilidad de contagiarnos en el lugar de trabajo o durante el traslado, para ganar el salario que permita mal comer y mal vivir, apenas cubrir la subsistencia.

Pero además surgieron nuevas cadenas de explotación, especialmente para la mujer trabajadora, como el teletrabajo o home office, con el que parte de nuestro salario cubrirá el gasto de energía eléctrica, servicios de internet, y otros, ahorrándoselo a la patronal; con el que se borran los horarios y las regulaciones de trabajo, aumentando sus ganancias. También se reforzaron las cadenas de la esclavitud en el hogar: ahora es centro de trabajo y vivienda. Una de las primeras acciones de la política de austeridad del gobierno de Lopez Obrador fue la eliminación de los programas de guarderías, una necesidad apremiante de las mujeres trabajadoras que son madres. Las empresas nos intentan dorar la píldora con la propaganda de que es una ventaja pasar más tiempo con la familia, con los hijos, pero sabemos que no es así. Los niños y niñas sin escuela están sufriendo un retroceso en materia educativa, en la mayoría de las casas no hay las condiciones para la teleeducación; no podemos disponer de varios dispositivos electrónicos para las clases de varios hijos y el trabajo, y no, no podemos ser simultáneamente trabajadoras, madres, profesoras.

La estadística no miente, los derechos de la mujer trabajadora han retrocedido. Pero mientras institutos gubernamentales y fundaciones producen innumerables estudios sobre la desigualdad de las mujeres, y la violencia del sistema contra las mujeres no se detiene.

Y todo está por empeorar, porque viene una profunda crisis económica. Ya lo resiente nuestro poder adquisitivo, en un año aumentó el costo de la vida, cuestan más las verduras, la fruta, la carne, el arroz y los frijoles. La renta no deja de subir. Aumentan los despidos. Toda la salud pública está congestionada por el Covid, y para cualquier otra enfermedad o tratamiento hay que acudir a las clínicas y farmacias privadas.

Por ello es necesario luchar para cambiar el mundo:

Porqué la emancipación de la mujer solo será posible si ponemos fin al capitalismo.

Porqué para lograrlo debemos unirnos las mujeres que somos explotadas, pero no con quienes nos explotan, sean hombres o mujeres.

Debemos unirnos las mujeres explotadas y también los hombres explotados, ya que juntos formamos la clase obrera, única clase capaz de poner fin a este sistema capitalista y a todos nuestros sufrimientos.

Por ello hermana y compañera trabajadora, este 8 de Marzo, Día Internacional de la Mujer Trabajadora, te saludamos, desde el Partido Comunista de México, que trabaja sin descanso por organizar al proletariado mexicano, mujeres y hombres que son explotados, para derrocar al capitalismo, construir la nueva sociedad socialista, y dar pasos reales y efectivos para la emancipación de la mujer obrera.

¡Viva el Día Internacional de la Mujer Trabajadora!

Comisión para la Emancipación de la Mujer del Comité Central del Partido Comunista de México