Unsere Zeit (Nuestro Tiempo) semanario del Partido Comunista Alemán (DKP) entrevista al camarada Pável Blanco, Primer Secretario del CC del PCM, sobre los acontecimientos en Ayotzinapa.

 

Desde el secuestro de 43 estudiantes y el descubrimiento de una fosa común en la que fueron enterrados sus cuerpos, la corriente de manifestaciones y protestas en contra de la masacre no caduca. ¿Qué ocurrió?

El 26 de Septiembre en la Ciudad de Iguala se produjo una represión policial que dejó seis muertos y 43 jóvenes desaparecidos, todos ellos estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, y miembros de la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México. Desde entonces se desató una serie de movilizaciones en todo el país, lo mismo en las grandes ciudades que en los pueblos. Prácticamente todas las universidades se han ido a paro estudiantil y en el estado de Guerrero los trabajadores de la educación completan ya dos meses de huelga, además de que las acciones de insumisión son crecientes. Se trata de la más importante respuesta popular de las últimas décadas.

 

¿Quién es el responsable y quiénes son los beneficiarios de este crimen?

El gobierno de Iguala y el de Guerrero eran de la responsabilidad del PRD (partido de la Internacional Socialista y del Foro de Sao Paulo). En esa entidad se aplica desde hace un tiempo el paramilitarismo como instrumento de la represión estatal, y hace un año allí se asesinó a cinco comunistas. El PRD es el ejecutor directo, pero la responsabilidad es del conjunto del Estado burgués mexicano e involucra a la Presidencia de la República. Hay una crisis del conjunto del Estado burgués mexicano, crisis económica   y política.

El vínculo del narco, de los paramilitares y del Estado está comprobado. Lo mismo que la cooperación del narco, los cuerpos policiales y el propio Ejército mexicano.

¿Existe una cooperación sistemática entre las autoridades públicas y el crimen organizado?

Si, permanente y metódica, más allá del dato periodístico que pueda significar la detención de uno u otro cabecilla del narco, lo cierto es que hay datos que expresan que los grupos del narco cuentan con el visto bueno del Estado, de otra manera no se explicaría el alto volumen de droga que se mueve por los caminos de México rumbo a la frontera norte, la protección de las zonas militares, la colaboración de comandancias policiales. Pero no se trata de que el narco se apropiara del Estado, sino que el Estado protege al narco en tanto que es un proceso de acumulación originaria de capital, de hombres de negocios negros que aspiran a ser blanqueados mañana, que aspiran a ser mañana parte de la clase dominante porque son poseedores de capital, porque son burgueses. ¿Qué señor del capitalismo no trae una estela de crimen detrás, que acaso el capital no viene al mundo chorreando sangre y lodo por todos sus poros?

¿Hay lagunas en el sistema jurídico que promueven la fusión del Estado y el crimen organizado?

El asunto de los vacíos legales no es significativo, pues finalmente no son impedimentos, como se demuestra en otras naciones donde la legislación es implacable con el narcotráfico y a pesar de ellos son los más grandes consumidores mundiales, como es el caso de los EEUU. Es un problema de fondo: al capitalismo le acompaña la barbarie y todas las lacras que laceran socialmente. No es posible un capitalismo limpio, mientras éste exista fluirán drogas que enajenen sobre todo a la juventud y que enriquezcan a unos cuantos, habrá tráfico de órganos, habrá guerras sociales como las que vive México, con más de 100 000 muertos. No es algo fuera de control del capitalismo, sino el capitalismo mismo, con la lógica de la ganancia por encima de la vida de las mujeres y hombres.

¿Cuáles son los órganos responsables del movimiento de protesta y con el que las perspectivas de la lucha por el esclarecimiento del crimen es el norte? ¿Cuáles son las demandas de los manifestantes?

Insistimos que se trata de un movimiento popular que en mucho rebasa ya la demanda de “¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!” para la presentación con vida de los 43 compañeros estudiantes. Ayotzinapa es una gota que derrama el vaso del acumulado de injusticias, no solo represión, sino de agresividad del capital contra el trabajo. Un país con 60 millones en extrema pobreza, gravemente afectado por el paro laboral, con una caída del poder adquisitivo del salario de los trabajadores. Un país donde se procura la rentabilidad de los monopolios y el desarrollo capitalista medio intensifica la explotación.

Las reformas estructurales aprobadas por el Pacto por México el año pasado aceleraron el choque, pues su agresividad en el contexto de la crisis de sobreproducción y sobreacumulación del capital exponenció la pauperización de la familia popular y trabajadora. La reforma laboral que anuló el derecho de huelga, el salario mínimo, el derecho de jubilaciones y pensiones, el aguinaldo, que introdujo la precarización laboral con el outsorcing.

En ese cuadro el genocidio contra los estudiantes de Ayotzinapa potencia la lucha. Uno de los organismos, pero no el único, que funciona como centro de coordinación es la Asamblea Nacional Popular, en el que participan los normalistas de Ayotzinapa, los profesores agrupados en la CNTE, el PCM, el Sindicato Mexicano de Electricistas, entre otros.

Las demandas de las movilizaciones son políticas, responsabilizando al Estado del problema; hoy además se demanda la salida de Enrique Peña Nieto de la Presidencia de la República. En esa lucha los comunistas buscamos elevar el programa y darle un contenido profundamente anticapitalista al movimiento, por supuesto que hay que lidiar con sectores que buscan reducir el potencial radical a demandas estrictamente de derechos humanos, o los ghandianos que quieren encasillar este movimiento al pacifismo.

Otro elemento cualitativo a tomar en cuenta es que se esboza el poder popular, sobre todo en Guerrero, que después de la experiencia de la APPO en 2006 puede adquirir dimensiones nuevas que confronten al poder de los monopolios.

Agradezco a UZ por el espacio, y al Partido Comunista Alemán-DKP por las manifestaciones de solidaridad con el pueblo de México en este momento.