image0

El T-MEC, un acuerdo contra la clase obrera de América del Norte

Este primero de Julio del 2020 entra en vigor el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (USMCA por sus siglas en inglés), dando continuidad al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA por sus siglas en inglés) que inició el primero de Enero de 1994.

Lo caracterizamos como un acuerdo interestatal imperialista, benéfico a los intereses y ganancias de los monopolios de Canadá, EEUU y México, y por ende perjudicial a los intereses de la clase obrera de toda América del Norte, es decir de los proletarios de Canadá, EEUU, México y la multinacional fuerza de trabajo migrante que labora en la región.

 

Al igual que hace un cuarto de siglo se alude a un sinsentido: el “libre comercio”, a sabiendas que la libre concurrencia fue barrida por el propio desarrollo capitalista a fines del siglo XIX, cuando los procesos de concentración y centralización en la economía la llevaron al monopolio. El capitalismo de los monopolios que precisa de alianzas, fusiones, en su disputa cada vez más intensa con otros monopolios, con otras alianzas de países capitalistas. Lo cierto es que el TLCAN fortaleció a muchos monopolios de los tres países y en la misma proporción pauperizó las condiciones de vida de la clase obrera de toda la región, arruinó con intensidad a los campesinos pobres, aceleró el despojo de tierras y en su lugar dio paso a la formación de monopolios de la agroindustria. La integración económica de la región puso especial énfasis en la acentuación de la explotación de la mano de obra inmigrante, y no significó ningún mejoramiento de los derechos del trabajador migrante, por el contrario, al ritmo de las negociaciones del TLCAN 2.0, en Washington se acordaron políticas de choque antiinmigrante con los vergonzosos acuerdos Trump-Obrador que significaron la transformación de la Guardia Nacional en una sección mexicana de la US Border Patrol, y en el corrimiento de la frontera EEUU-México hasta los límites con Guatemala.

La necesidad de ajustes en el TLCAN obedece a la disputa interimperialista de EEUU con los capitales chinos, frente a los que perdía terreno en la industria automotriz. Fue la industria norteamericana de esa rama de la producción la que impuso la renegociación. El punto básico es cerrar filas entre los monopolios de la región para fortalecer posiciones en la guerra arancelaria, comercial, industrial que se libra entre EEUU y China. Ello implica una toma de posición del Gobierno de López Obrador, a pesar de que algunas fuerzas de la coalición política que lo sustenta trabajan para la llamada multipolaridad económica. Igualmente algunos gobiernos del sur del continente esperaban esa orientación.

El gobierno de López Obrador, asentado en la demagogia, recibía apoyo popular al presentarse como portavoz de los intereses de la soberanía y el patriotismo. Queda demostrado que el culto a Juárez y a Cárdenas es un simple recurso retorico, pues esos preceptos políticos, expresión de una sección de la ideología burguesa, son sacrificables, y que la soberanía es algo que en absoluto le importa.

El Gobierno de López Obrador al ratificar el T-MEC, después de 26 años de aplicación, demuestra que su política se dirige contra la clase obrera, contra los sectores populares, contra los pueblos indigenas, contra los migrantes. Este gobierno realiza sus funciones a favor exclusivo de la burguesía, y al igual que antes con el PRI, o PAN, es un gobierno  que expresa el poder de los monopolios.

En todos los asuntos importantes los partidos burgueses, incluido MORENA se ponen de acuerdo: ahora el TMEC, antes los compromisos con el FMI, el BM, el pago de la deuda externa, el fortalecimiento de los cuerpos represivos, la desvalorización del trabajo; y en todo aquello que favorezca el lucro y las ganancias del capital; sus disputas pueden darse -hasta encarnizadamente- en asuntos no esenciales. La celeridad, a pesar de algún show previo, con que los partidos políticos burgueses se han puesto de acuerdo para aprobar las leyes reglamentarias del T-MEC confirma la apreciación.

Los trabajadores y pueblos de México no han sido consultados, es una renegociación cupular, y el Gobierno Federal busca subsanar con propaganda similar a la que en su día presentó Carlos Salinas de Gortari. No hay mucha diferencia entre argumentos neoliberales y los que presenta un gobierno que dice ser antineoliberal. Ahora quieren además pasar de contrabando la llamada “libertad sindical”, como si fuese algo positivo. El movimiento obrero y sindical clasista de nuestro país luchó siempre por la independencia sindical, es decir que los trabajadores determinen la vida de sus sindicatos y sus orientaciones de manera autónoma, sin la injerencia patronal y gubernamental, algo totalmente distinto al modelo sindical promovido por la AFL-CIO, la llamada “libertad sindical” orientada a la colaboración obrero/patronal y a la dominación amarilla del sindicalismo. Igual demagogia es la de la equiparación salarial de los trabajadores de América del Norte, que seguramente tendrá como dirección equiparar los salarios por lo más bajo.

Registramos la entrada en vigor del T-MEC como la confirmación de una política antiobrera y antipopular. Llamamos a los trabajadores de México, a los de EEUU y Canadá, a rebelarnos contra el T-MEC. A no someternos, a estrechar la solidaridad y la unidad con el objetivo de poner fin a este acuerdo nefasto a nuestros intereses como explotados.

La clase obrera de América del Norte, los comunistas de los tres países, al tiempo que debemos reforzar nuestra lucha antimonopolista, de coordinar nuestra actividad contra el T-MEC, de mantenernos insumisos frente a todas las medidas del capital contra el trabajo, tenemos un deber especial de reforzar la solidaridad y el trabajo político organizativo con la multinacional clase obrera inmigrante.

El proletariado de la América del Norte escribirá páginas gloriosas de lucha al igual que los obreros de Chicago y Cananea.

Finalmente, además de expresar su rechazo al T-MEC, y comprometerse a luchar hasta romperlo, el Partido Comunista de México reitera su solidaridad con la clase obrera y la juventud de los EEUU que enfrenta la pésima gestión de Trump sobre el Covid-19 y las políticas racistas. Si Obrador se solidariza con Trump, los comunistas nos solidarizamos con los trabajadores y la juventud de los EEUU.

¡Proletarios de todos los países, uníos!

El Buró Político del Comité Central