Luchemos por el Socialismo
A la clase obrera,
A la mujer trabajadora, a la juventud trabajadora,
A los trabajadores migrantes, a los desempleados,
Camaradas proletarios:
Reciban el saludo del Partido Comunista de México en ocasión del Primero de Mayo, Día Internacional de los trabajadores, en que rendimos homenaje a todos los mártires proletarios: a los de Chicago, Cananea, Río Blanco, que con su lucha, su libertad o vida, han contribuido a la organización y combatividad de los trabajadores, a conquistar derechos y mejoras, pero sobre todo a abrir el camino a la emancipación, a la sociedad sin explotados ni explotadores.
Un año después del estallido de la crisis sanitaria del COVID-19 atestiguamos como los intereses del capitalismo son incompatibles con los de nosotros los trabajadores. En todo el Mundo hubo subsidios a los monopolios, medidas estatales para garantizar las ganancias e intereses de las burguesías, en tanto que el proletariado fue forzado a mantener a flote los “servicios esenciales”, esto es toda la economía capitalista. Por ello la mayoría de los contagios y muertes están entre nosotros.
Ni la lógica de la explotación se confinó, por el contrario para extraer más ganancias de nuestra fuerza de trabajo han recurrido a nuevas modalidades, como el home office, los horarios flexibles, y ahora una parte de nuestro salario se destina a pagar una parte del proceso productivo y laboral: energía eléctrica, servicios de internet, centro de trabajo, y en ocasiones hasta las herramientas necesarias para nuestro trabajo, como ordenadores o teléfonos. Aunque intentan cubrirlo del manto de “oportunidad para estar con la familia” en realidad se trata de una agresiva desvalorización de nuestra fuerza de trabajo: nuestro salario vale menos, la jornada de trabajo aumenta, y los recursos estatales son destinados a subsidiar a los monopolios, a evitar que sufran pérdidas, a garantizar que sus ganancias aumenten. Poco importaron nuestras vidas, pues no hubo una sola medida para garantizar la “sana distancia”: cada día tuvimos que elegir entre evitar el contagio y morir de hambre, o conservar el trabajo y el salario y la gran posibilidad de ser contagiados. ¿Cuántos hermanos trabajadores no murieron en las maquilas en Tijuana, Ciudad Juárez, o en la industria automotriz en el Bajío, pues la patronal dijo que sus fábricas eran esenciales, a pesar de no serlo, con la permisividad del Gobierno Federal?, ¿Cuantas veces en nuestro país tuvieron que salir a la calle los trabajadores de la salud que al mismo tiempo que ocupan la primera fila de la lucha de la humanidad contra la pandemia luchan simultáneamente contra la indolencia y la irresponsabilidad de un régimen que no les ha garantizado si quiera la protección básica? Fueron cientos de miles de casos de trabajadores cesados por la patronal, despedidos con el pretexto de la pandemia, y además violentando sus derechos conquistados se han impuesto también recortes del salario, horarios fuera de los acordados y múltiples violaciones a los Contratos Colectivos de Trabajo. Entre los trabajadores más agredidos están los de la salud, los de los comercios, y también los de la educación. También se acentúo el sufrimiento de los trabajadores migrantes retenidos y recluidos en los campos de concentración del Instituto Nacional de Migración en el Sureste y el Norte, verdaderos centros de contagio. Y camaradas proletarios, es importante entre nosotros hacer consciencia de que entre nuestras filas las más golpeadas son las mujeres trabajadoras, y que al movimiento obrero de México y el Mundo, le es indispensable empuñar con mayor determinación la bandera por la emancipación de la mujer. Sin la unidad de la clase obrera, esto es la unidad de las mujeres y hombres de la clase obrera, los capitalistas seguirán haciendo de las suyas en contra nuestra. En contraste las fortunas, las ganancias de los plutócratas, del puñado de megamillonarios que son dueños de los monopolios –amigos y protegidos del gobierno de Obrador- como Slim, y Salinas Pliego, aumentaron.
Las cifras de contagios, y muertos son escalofriantes, inclusive las oficiales que muchos científicos aseguran están maquilladas. Pero algo más grave en contra del proletariado internacional viene caminando simultáneamente a la crisis sanitaria, aunque sus causas son otras: la crisis económica capitalista. Aún sufrimos las secuelas de la crisis del 2008, cuando el capital para no tener pérdidas decidió cargar sobre nuestras espaldas los costos y entonces en todos los países, de Francia a México, de Italia a Brasil, por doquier se llevaron a cabo reformas laborales para atacar los derechos a la contratación colectiva, a la jornada de trabajo, conquistados por el proletariado en su lucha y así imponer la flexibilización y el outsourcing. El primer efecto de la crisis está a la vista, la carestía de la vida y la pauperización de las condiciones de vida de los trabajadores y sus familias. Está aumentando el costo de la canasta básica, en general de los alimentos, del gas. Pero debemos estar en guardia porque se avecinan nuevas agresiones del capital a los trabajadores.
Camaradas:
Es el capitalismo, el modo de producción que impera, el gran responsable de los sufrimientos y angustias del proletariado. Pero el capitalismo se va personificando cada cierto tiempo en individuos. Hoy el representante general de la explotación capitalista en México es López Obrador.
No debemos engañarnos sobre las distintas fachadas que presenta la burguesía: neoliberalismo, socialdemocracia, “cuarta transformación”, son solo gestiones del capitalismo, puede modificarse uno u otro aspecto, pero su esencia es la misma, la apropiación de la riqueza producida socialmente por el trabajo de la clase obrera, apropiación en unas cuentas manos, en nuestros días por los monopolios. Por ello, antes con el PRI y por el PAN, y ahora con MORENA, la situación para los trabajadores es la misma, trabajar para malvivir, para obtener con el salario apenas lo necesario para el día a día. Con Obrador también sigue el charrismo, los métodos corporativos, la falta de democracia sindical, los “sindicatos al servicio de la patronal”, con la CATEM y otros organismos “sindicales” propatronales y progubernamentales.
Nos prometen acabar con la corrupción, pero la explotación es intocable para este gobierno. Un capitalismo sin corrupción, hay que decirlo, es exactamente lo mismo para nosotros, explotación, hambre y miseria. Y también hay que decirlo, a pesar de todos los afanes por blanquearlo, un capitalismo sin corrupción es imposible, como se demuestra con la prerrogativa intocable de la patronal sobre el reporte de las nóminas ante el IMSS, siempre menor, para pagar lo mínimo en liquidaciones y despidos.
Camaradas:
Es un imperativo cambiar el mundo, es de vida o muerte que derroquemos el capitalismo y lo enterremos. Marx y Engels con mucha razón escribieron que la clase obrera es la sepulturera del capitalismo. Y ahora no hay de otra, o seguiremos sepultando a los nuestros.
El socialismo-comunismo es el poder los obreros, es la sociedad donde se pone fin a la explotación del hombre por el hombre, donde todos los recursos son puestos a disposición de las necesidades humanas, de su desarrollo y satisfacción, donde la salud, la educación, la cultura, la recreación dejan de ser privilegios de unos cuantos para convertirse en derecho inalienable de todos, y donde el trabajo deja de ser una pesada carga para convertirse en la fuerza creadora, que moldea el mundo para la alegría y felicidad de los hoy explotados y oprimidos.
Camaradas:
Planteamos lo urgente y lo necesario. Pero no llegará solo. Hay que organizarnos para ello. Los trabajadores, los proletarios, las proletarias, tienen su Partido, el Partido Comunista. Los trabajadores migrantes, los pueblos originarios, los jóvenes trabajadores y los desempleados tienen su Partido, el Partido Comunista. Luchar traerá sacrificios, es importante decir que no será fácil, pero solo así podemos poner fin a esta injusticia, infelicidad, incertidumbre, a la miseria, y a la raíz de todo ello que es la explotación capitalista. Ingresa a las filas del Partido Comunista de México.
¡Viva la clase obrera de México y el Mundo!
¡Viva el Primero de Mayo!
¡Viva el socialismo-comunismo!
¡Proletarios de todos los países, uníos!
El Comité Central del Partido Comunista de México