Ante la Fase 3 del COVID-19: El Gobierno Federal tiene claro para quién gobierna
Ahora que se ha declarado la Fase Tres de la Pandemia, el gobierno reafirma los criterios que imperan para atravesar esta etapa: la economía de los monopolios por encima de la salud de la clase obrera.
En medio de la crisis económica y de salud han aumentado los conflictos obrero-patronales, que lejos de resolverse son ignorados por el gobierno federal; así día a día López Obrador se desgasta en elogios para grupos empresariales, aun cuando estos no cumplen la medida de enviar a los trabajadores para resguardarse en sus casas en medio de la cuarentena, manteniendo una política de soporte a la burguesía, la cual quiere disfrazar de política popular, pero negando de manera explícita y en todo momento la existencia de la lucha de clases. Incluso, cuando la industria esencial y la necedad de la patronal de no parar la producción no esencial evidencian que son la masa de obreros quienes mantienen en pie a la sociedad, mientras que el resguardo de la burguesía no implica un cambio sustancial en la economía.
Poco se ha dicho de las mujeres trabajadoras de los centros de trabajo aún activos o que se han visto obligadas a realizar trabajos desde casa; cuyos hijos han tenido que dejar las aulas y han quedado a su cuidado, complicado su condición; dinámica en la que la fantasía de la convivencia familiar idílica está lejos de hacerse realidad en un contexto dónde si no te explotan no comes.
Los sectores populares están lejos de recibir llamados a la “solidaridad” como los que hace López Obrador a los grandes monopolios; para ellos está el uso de la fuerza a través de la Guardia Nacional en contubernio con la policía estatal o municipal y las multas por realizar las labores que les dan sustento; para los sectores populares están los dirigentes corporativos que se han enriquecido a costa suya y que ahora, en las ciudades, pactan con los gobiernos el cese temporal de los espacios en que centenas de trabajadores a cuenta propia laboran y viven al día. No hizo falta tampoco que llegará la Fase Tres: desde hace varias semanas el acoso a los pequeños propietarios se convirtió en una constante, que notoriamente contrasta con el trato preferencial del Gobierno Federal hacia monopolios como Grupo Salinas, y sus tiendas Elektra, encabezado por Ricardo Salinas Pliego.
Pero no satisfechas con el trato preferente que han recibido, con sus estímulos fiscales, etcétera, las Cámaras empresariales siguen clamando ayuda gubernamental a través de propuestas cada vez más sanguijuelas como las que hace la COPARMEX; y la cual insta a los obreros a que exijan al Presidente la implantación del “salario solidario”, bajo la amenaza de “eso o quedarse sin trabajo”, para que el Gobierno Federal costeé la mitad del monto del salario que las empresas pagan a sus trabajadores –mientras éstos no estén trabajando debido a la cuarentena– como si los recursos federales no fuesen también resultado de la producción de riqueza por el pueblo trabajador. Además, la propuesta de salario solidario, hecha por Coparmex, pretende no sólo que la patronal evada su responsabilidad sino también que los trabajadores acepten reducir aun más su salario, su poder adquisitivo y con ello agravar sus condiciones de vida y las de sus familias.
Un escenario de mayor ofensiva se presenta en lo que a la atención de la salud de los trabajadores y sectores populares respecta. Los últimos días han servido para confirmar que por encima de la salud está el objetivo de garantizar la producción capitalista. Y, a la par que se anuncia la nueva fase, se coquetea con la afirmación de que la cuarentena ha de terminar para fines de mayo, es decir cuando todavía estemos bajo los efectos de la masificación de la pandemia y que implica mayor contagio entre la población. Desde hoy la burguesía y sus gestores de gobierno, encabezados por AMLO, proyectan normalizar la actividad productiva sin importar el número de trabajadores contagiados y fallecidos a consecuencia de ello.
En ese mismo tenor nos declaramos en contra de la guía bioética presentada por el Consejo de Salubridad General, que atenta contra los derechos de los adultos mayores y los enfermos cuya esperanza de vida sea menor a la de otro paciente; pues no sólo es discriminatoria en función de edad y condición física, además lo es por condición de clase, pues de sobra es sabido que son los que toda su vida han trabajado quienes cargan sobre sus espaldas una esperanza de vida menor en función del desgaste que la explotación cotidiana tiene sobre la salud. Y quienes además son los que no tienen recursos para su tratamiento en un hospital privado.
Llamamos a la unidad de la clase obrera industrial, de los servicios y agrícola, para a forjar la alianza anticapitalista y antimonopolista con los sectores populares, en medio de un panorama donde la ley del más fuerte se instrumenta e impone para ver quién se enriquece más a partir de la desgracia del pueblo. Y en una circunstancia en cual los monopolios y los propietarios privados no dudan en cerrar filas como clase dominante para salvaguardar su poder y agruparse en contra de los derechos de los más pauperizados, de los trabajadores y de la clase obrera.
¡Proletarios de todos los países, uníos!
El Buró Político del Comité Central