Solo la movilización popular impondrá nuevos rumbos.

Federico Piña Arce

Las movilizaciones populares han puesto al gobierno contra la pared. La soberbia, el desprecio por el sufrimiento de las familias de los compañeros asesinados y desaparecidos del gobierno de la burguesía monopólica, ha sido superada por la movilización de estudiantes, campesinos, trabajadores y poco a poco la incorporación de contingentes de la clase obrera, que le dará un sentido de clase a las próximas luchas.

No basta con la caída de un gobernante venal, corrupto y represor, porque la represión es parte de la estrategia burguesa para resolver la crisis económica y política que enfrenta. La cara del oportunismo, de la socialdemocracia que se pone del lado de los intereses de los monopolios no es nueva. A lo largo de su historia esta corriente que usurpa el nombre de la izquierda, se ha distinguido no sólo por salvar de las crisis a la burguesía y sus monopolios, sino por reprimir a los luchadores sociales. Lo hizo en 1914 cuando la Segunda Internacional, dominada por esta corriente, votó por los empréstitos para armar a sus ejércitos y votar por la guerra imperialista, favoreciendo a los monopolios y lanzando a la masacre a las masas proletarias y obreras.

También esta corriente, tratando de “conquistar” a la burguesía monopólica alemana, reprimió al grupo comunista más consecuente, al que dirigía Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht, asesinándolos después. Sí, asesinando a comunistas. Así que no es nuevo el asesinato de Estado comandado por las fuerzas del oportunismo socialdemócrata: siempre se han perfilado como traidores de la clase obrera y como cómplices de los crímenes contra el pueblo, como ahora contra nuestros compañeros normalistas en Iguala.

Las movilizaciones han obligado al gobierno a reconocer su ineptitud, su incapacidad y su falta de voluntad de cuando de defender al pueblo se refiere. ¿Dónde están los oligarcas como Martí reclamando al Presidente que sí no puede que renuncie? ¿Dónde los “defensores de los derechos humanos”, que aparecen cuando se trata de “personalidades” o miembros de la burguesía? Sin embargo, contra el oportunismo socialdemócrata, contra la represión y la violencia contra el pueblo, nuevamente se levanta la lucha popular. De nuevo las banderas populares que reclaman justicia están en las calles de nuestro país.

El movimiento popular está dando muestras de fortaleza. Crece a cada momento, poco a poco se incorporan nuevos sectores. La lucha popular se extiende por todo el país. Ahora las demandas se centran en la presentación con vida de nuestros compañeros desaparecidos, pero los comunistas debemos demostrar que no basta con esa consigna y demanda, sentida y oportuna que respaldamos y apoyamos decididamente, pero tenemos que demostrar que la represión es la herramienta asesina que enseña una clase, la burguesía monopólica, que ha demostrado que no puede conducir el desarrollo armónico del país, si no es a través de la represión, la violencia y la masacre contra el pueblo trabajador.

Impulsemos las movilizaciones populares, incorporemos a nuestros contingentes, convirtamos en política, en lucha contra el sistema represor que nos explota y asesina, las demandas de los familiares de nuestros compañeros asesinados y desaparecidos. Convirtamos la consigna ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!, en una consigna de lucha anticapitalista.